“Un libro es un regalo que puedes abrir una y otra vez”, afirma el autor y narrador estadounidense Garrison Keillor. Y podemos agregar que al pasar cada una de sus páginas es una forma de soñar y sumergirse en un nuevo mundo.
Para los niños, la literatura es un recurso de aprendizaje esencial y especial que permite fomentar en estos mucho más que el amor por las letras, los guía por el sendero del desarrollo de la creatividad y la imaginación.
Otros valores agregados son: perder el miedo escénico, amplíar su vocabulario y lograr de una forma más fácil expresar sus emociones.
De estos beneficios, está muy clara la Fundación Literaria Aníbal Montaño (FLAM), una entidad privada sin fines de lucro que, bajo la dirección de los escritores y gestores culturales Ysabel Florentino y Ramón Mesa, por más de 25 años se ha dedicado a aumentar el acervo cultural de los niños de San Cristóbal, creando hábitos de lectura y escritura creativa a través de talleres literarios.
“Nuestro objetivo general es promover la literatura, el arte, la cultura y la educación en todos los ámbitos de la sociedad. Bajo el lema: ‘Sin lectura no hay educación’, explica a Que Pasa Ysabel, presidenta de la entidad.
Su primer taller se fundó en el 1997, con un grupo de jóvenes estudiantes del Liceo Enedina Puello Renville, bajo el nombre de “Proyección Artística 2000”.
En 1999 pasó a llamarse “Círculo Literario Yelidá”. En el 2004 crearon la Red Provincial de Talleres Literarios de San Cristóbal; en el 2008 fundaron el primer taller literario infantil del programa “Mi Barrio en Letras”, y se constituyeron legalmente en Fundación Literaria Aníbal Montaño (FLAM), mediante la Resolución Núm. 011ONG-08.
A través de los años FLAM ha llevado a cabo diversas iniciativas, una de éstas es “Mi barrio en letras”, un proyecto de animación a la lectura y la escritura creativa, creado en el 2008 con el objetivo de promover la literatura en los niños de los barrios vulnerables de la provincia San Cristóbal, los cuales ingresan en edades de 7 a 16 años.
“Actualmente estos talleres se desarrollan en cuatro comunidades: Madre Vieja Norte, Barrio Moscú, El Carril de Haina y Sabana Toro. Donde se imparten técnicas de poesía y de narrativa, en los primeros seis meses o más, de poesía, se leen poetas locales, nacionales y universales, hasta alcanzar la calidad requerida de los participantes para ser publicados en formato periódico o libro”, dijo Ysabel.
Destacó que en estos talleres infantiles el equipo de la fundación utiliza el método Alfabetización con poesía, donde, de forma dinámica construyen versos a través del juego de palabras, combinado con el método del Símbolo al natural, que no es más que la utilización de elementos de su cotidianidad, con una piedra, una rosa, una hoja en blanco.
“Los niños que no saben leer ni escribir dictan sus versos al instructor, posterior a una lectura que él hace de un poema, ya sea de un escritor nacional o universal”.
Cientos de niños integran sus talleres literarios, siendo impactados de manera positiva en sus vidas y desarrollo. Una muestra de ello es la llamada Promoción 101 niños poetas de San Cristóbal, en que se recogen textos de más de cien niños. Además se le suma a esto las publicación de los libros “Duarte sueña y otros poemas a la patria” (2014); “La muñeca y otros juguetes tradicionales” (2016) y “Semántica del río” (2010).
La fundación está conformada por un conjunto de jóvenes escritores que se han desarrollado en las diferentes promociones de los talleres literarios que imparte la institución, los cuales ingresaron a los talleres a la edad de 10 y 11 años, y hoy forman parte importante de la directiva.
Escriben poesía, cuento, ensayo. Son instructores en los talleres, donde enseñan a los demás. Programan las actividades cada año y le dan seguimiento. Además, son estudiantes y profesionales jóvenes sobresalientes.


Ysabel Florentino, gestora cultural.