El día después
Por: Jorge Rolando Bauger
jbauger@hotmail.com
El reciente suicidio de Santiago “El Morro” García (1990-2021) un destacado futbolista uruguayo que jugaba en el profesionalismo de Argentina, volvió a demostrar cuanto afectan las circunstancias extra futbolísticas al rendimiento y comportamiento de los futbolistas.
El carismático “Morro” como le decían al goleador uruguayo sufría un proceso depresivo agravado porque el club no le renovó su contrato y además de ello no podía ir a visitar a su hija a Uruguay. Mes antes públicó en las redes sociales: “los jugadores no somos robots, no estamos hechos de acero”.
Pese a su pública advertencia, ninguna instancia relacionada al mundo del futbol, es decir; entrenadores, preparadores físicos, fisioterapistas, dirigentes, periodistas, agentes, público y compañeros, percibieron la delicada situación que estaba viviendo “El Morro”.
Desafortunadamente – por lo general – el deporte de elite, capacita a los futbolistas para jugar el próximo y hasta para enfrentar a los medios de comunicación, pero, no los preparan para la vida post-fútbol.
La gran mayoría de los futbolistas se retiran – corrijo- lo retiran a los 34/36 años. A esa edad están viejos para el futbol, pero, jóvenes para la vida.
Dejar atrás la adrenalina de la competencia, el ambiente del vestuario, las exigencias de los entrenamientos, la notoriedad, así como vida idílica que tuvieron porque le pagaban para jugar, viajaba constantemente, se hospedaba en lujosos hoteles de mucha, tenían exposición mediática, y eran famosos produce graves secuelas en la vida de los futbolistas de alto nivel.
La nueva etapa que tienen que comenzar a vivir, nace a los 34/36 años, después del retiro de la actividad a la que estuvo ligado toda su existencia.
Para los futbolistas, el día después de colgar los botines, es muy largo, tiene mucho más que 24 horas y, como nadie está preparado para ello, porque nadie los prepara, los procesos depresivos están al acecho.
Esto es tan cierto que estudios recientes revelaron que el 38% de los futbolistas de elite han sufrido o sufren de problemas psicológicos que son la fuente de la mayoría de las lesiones.
Escribir sobre las consecuencias del “Día después” es un tema álgido que requiere de conocimiento especializado y espacio. Por interpretar que nuestro deber – como futbolistas, entrenador y comunicador – es advertir sobre esta realidad que afecta a todos los deportistas de elite, nos referimos al tema.
Llegará el momento que en los equipos profesionales incorporen a su cuerpo técnico a un psicólogo especializado para que orienten a los jugadores activos y preparen a los otros para asumir el retiro con dignidad.
Aunque parezca mentira, para el retiro también hay que entrenarse, solo así podrán descubrir un nuevo estimulo que motorice sus jóvenes vidas.
Futbolistas de elite: Tengan presente que sentirse mal porque llego el día del retiro no es un signo de debilidad, ustedes se retiran del fútbol competitivo, pero, no de la vida.