El Sur llevaba años esperando un gobierno que convirtiera promesas en obras. Y basta mirar a Pedernales para entender lo que significa gobernar con visión en el siglo XXI. Durante décadas esta provincia fue sinónimo de postergación; hoy es ejemplo de desarrollo. Ese cambio no es casualidad; es el resultado de decisiones que atacan las raíces del atraso y construyen capacidades para el futuro.
La conexión, por primera vez en su historia, de la provincia al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) cambió las reglas del juego. Es la base para atraer más inversión, las pymes operen con previsibilidad y los hogares vivan con dignidad.
La extensión de la Universidad Católica de Barahona, en paralelo con el anuncio de 300 becas directas desde la Presidencia para sus estudiantes, materializan la oportunidad donde antes habían añoranzas lejanas y costos que aislaban a los jóvenes de la región.
Para el desarrollo del turismo, el Presidente hizo algo inédito: encender primero la planta de tratamiento de aguas residuales de Cabo Rojo —automatizada, con capacidad de 164 litros por segundo y tecnología de lodos activados— antes de abrir la primera habitación hotelera. Así se garantiza la sostenibilidad desde el principio y se asegura que el crecimiento hotelero deseado no comprometa el recurso más valioso: el agua. Esto solidifica a Pedernales como destino que aspira a ser referencia en manejo responsable de sus servicios.
Nada de esto ocurre al azar. Este desarrollo de la región sur se articula con obras y programas que elevan el estándar: un nuevo centro educativo en Enriquillo, Barahona; más de mil jóvenes del programa Oportunidad 14-24 que ya cuentan con formación para insertarse en la economía; y la llegada del buque Energos Freeze para asegurar gas natural a Manzanillo Power Land, pieza clave para un suministro eléctrico más estable.
La visión del presidente Abinader ha sido materializada por un gran gestor: Sigmund Freund, quien ha dirigido todos estos años el Fideicomiso Pro Pedernales. Desarrollo físico, capital humano y energía confiable: la tríada del progreso.
Quien conoce Pedernales sabe que fue tierra de emigrantes; hoy comienza a ser tierra de retorno. Las oportunidades ya no quedan “del otro lado”, sino aquí. Ese es el tipo de políticas que cambian trayectorias de vida.
El rol del Estado es crear condiciones, y dejar que la gente haga el resto. En cinco años, Luis Abinader tomó una de las provincias más pobres y la convirtió en ejemplo nacional: electricidad estable, oportunidades de formación, acceso sostenible a recursos como el agua y un modelo de inversión responsable.
Por: Orlando Jorge Villegas
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