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Gobierno de Danilo Arqueo a 3 años de gestión

Gobierno de Danilo Arqueo a 3 años de gestión

UBI RIVAS

El 16 de agosto último, el presidente Danilo Medina cumplió tres años de cuatro de su primer período de mandato constitucional, y en el firmamento político, no se perciben modificaciones capaces de perturbarle su expreso proyecto de reelegirse, proclamado candidato presidencial del PLD para las elecciones 2016, el 30 de agosto último, con le truño del ex presidente Leonel Fernández y otros del todopoderoso Comité Político, y sonrisas de otros.

El presidente Medina se dirige derechito al expediente ingrato de la reelección que abjuró temprano, para desdecirse y quedar ante sus paisanos y la opinión internacional como un gobernante que incumple su palabra, es decir, que no la tiene.

En la acera de enfrente, el presidente Medina está conteste de que no hay peligro inminente, porque carece de proyecto político, de imagen e impacto en el electorado, conforme es el parecer unísono cuando se enfoca a Luis Abinader Corona, un bisoño, sin discurso y sin el recurso poderoso del atractivo popular o magnetismo, que por ejemplo, le sobraron a Joaquín Balaguer, José Francisco Peña Gómez, Antonio Guzmán, Jacobo Majluta, Salvador Jorge Blanco e Hipólito Mejía.

La opacidad de Luis Abinader Corona es similar al de Miguel Vargas Maldonado, con las mismas características del H-2-0, insípidos, insaboros, inodoros, faltaría identificar sin transparentes.

El presidente Medina aventaja a cualquier contendor por su logros es el sector educación, revolucionando la construcción de aulas, tandas extendidas, guarderías infantiles, apoyo cada domingo a los pequeños productores agropecuarios en sus Visitas Sorpresas, ampliando el Bono Luz, Bono Gas, Solidaridad, SENASA y planeando liquidar el odioso expediente de los apagones del servicio eléctrico construyendo dos polémicas plantas de carbón en Punta Catalina de 720 megas, a un costo cuestionable porque fue ofertado por US$l,000 millones menos por China.

En 36 meses de administración, el presidente Medina ha mantenido sin grandes variaciones la tasa del dólar a 45 x 1, el crecimiento del PIB sobre el 7%, la inflación menos de 4%, crecimiento de las exportaciones superior a los US$17 mil millones, aunque ha encaramado la deuda externa, censurable, a más de US$37 mil millones, y no ha diseñado una estrategia para reducir el alto índice de criminalidad que repercute como un terrible y persistente seísmo psíquico en la ciudadanía.

El ínfimo salario mínimo de la supernumeraria burocracia estatal de 700 mil individuos con salarios de RD$7,843 cuando el costo básico de la canasta familiar es de RD$12,659, es decir, RD$4,8l6 más que el salario mínimo, los sueldos de los policías a quienes se les exige el cuido de la ciudadanía, sin seguros de vida, en trabajo de lluvia, agua, sol y sereno por RD$7,500, son distorsiones y retos irresueltos del presidente Medina.

El auge sin precedentes del turismo, de 4.7% en 20l4 a 9.6% este año, superando en 20l4 los cinco millones de turistas aportando a la economía más de US$70 mil millones, contrasta con la política genuflexa del presidente Medina ante el chantaje permanente de Haití para imponernos sus designios de unificación, y la última prueba es posible detectarla el 28 de agosto último, cuando luego levantar un paro de 26 días de los camioneros dominicanos que transportan mercancías hacia el vecino calamitoso Estado, 48 horas después el presidente Medina aseguraba que no repatriará extranjeros que digan que nacieron aquí, consiguiéndose resolver el impasse con los camioneros colocar las mercancías del lado dominicano y los camioneros haitianos recogerlas aquí.

Reducir los precios de los combustibles es un reclamo de la sociedad dominicana y de ANADEGAS, motivado a que los precios del barril de petróleo de Texas es inferior a los US$46, y se denuncia que la voracidad fiscal del Estado no amaina ante el descenso internacional del petróleo, que traduciría una notable variación en la economía generalizada, sobre todo la que transporta los bienes de consumo desde los centros productivos industriales y agropecuarios.

Las calificaciones en Medio Ambiente y enfrentar la corrupción muy difusa, son deficientes, donde el presidente Medina “se quema”, es decir, que “no pasa las materias”.

El medio ambiente es cada vez más degradado en tala de árboles, contaminación de afluentes y extracción criminal de las granceras que peligran la percolación de éstos, sin respuesta visible a contener ese ecocidio y crimen de proporciones catastróficas.

La corrupción, esa hidra difusa y corrosiva costó el poder el presidente Otto Pérez Molina de Guatemala, que acusado de indelicadezas en las aduanas, fue saltado del poder el día tres de este mes, con el semáforo verde de la embajada de Estados Unidos en Ciudad de Guatemala. Un aviso que no debe pasar por alto en estas frágiles áreas políticas caribeñas.

El Nacional

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