Opinión

¿Homofobia enfermedad?

¿Homofobia enfermedad?

En 1973, la Asociación de Psiquiatría Americana removió definitivamente la homosexualidad del Manual Diagnóstico y Estadísticas de Trastornos Mentales, DSM, considerada como desorden mental hasta entonces.

En 1975, la Asociación de Psicología Americana, APA, reconoció que esta condición no implicaba ningún impedimento en el juicio, la confiabilidad o las capacidades sociales y vocacionales en general, de las personas, enfatizando que los/as profesionales de la conducta, debían tomar la iniciativa en la eliminación del estigma de la enfermedad mental asociada con la orientación homosexual. Finalmente, ya hace hace 29 años que la Organización Mundial de la Salud (OMS), retiró la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales.

Precisamente, este mes de junio que se considera el Mes del Orgullo Gay, una conmemoración prevista para visualizar a esta comunidad de ciudadanos y ciudadanas que, al igual que las demás personas, contribuyen en impuestos, labores y construcción de la sociedades bueno recordar estos datos, para acostumbrarnos a reconocer y respetar a todo el mundo.

Al igual que cuando tuvimos un embajador de los Estados Unidos gay y casado con un hombre, afloraron las reacciones de odio en nuestro país, ahora, la Orden 33-19 del MINERD, ha traído a colación el desprecio radical y homofóbico de un sector conservador de la población de nuestro país, que resulta inexplicable. ¿A quién le puede importar la orientación sexual de las personas? ¿En qué puede afectar eso a la totalidad? Acaso, ¿el ejercicio sexual no es cosa íntima?

Ya lo decía el psicólogo investigador estadounidense de origen judío, George Weinberg, heterosexual, por cierto, que, nunca consideraría a un paciente saludable mentalmente, si fuera una persona homofóbica, estimando que esta postura es dañina para sí mismo y para las demás. Weinberg introdujo en 1972, por primera vez, el término homofobia para referirse a aquellos individuos heterosexuales, cuya conducta denota una profunda aversión hacia los homosexuales.

Corroborado por investigaciones actuales, se afirma que la homofobia es “la punta del iceberg” de afecciones más profundas, vinculadas a determinados rasgos de personalidad y hasta violencia y que las culturas impregnadas fuertemente por la hipermasculinidad, la misoginia y las actitudes moralistas, se relacionan con la homofobia.

Lo bueno de toda la polémica presentada, es que se aborda un tema que alude a un sector vivo de la sociedad y lo reconoce, dando la posibilidad a muchas personas de optar por la convivencia en el respeto. ¡Eso sí, cuánta violencia y brutalidad!

¡Ah! Agregando que, algunos estudios sugieren que, las personas con una actitud negativa y visceral hacia los gays y lesbianas, son frecuentemente homosexuales en potencia.

El Nacional

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