La hora de la apertura y cierre de las votaciones, así como la dilación de la Junta Central Electoral (JCE) para emitir la proclama sobre el voto en el exterior se han erigido en las principales preocupaciones sobre los comicios del 5 de julio. Los reclamos no son necedades, sino que mirando bien están bien fundamentados, siempre que se quiera garantizar una mayor participación con menos riesgos de contagio para los electores. Tal vez los empleados de los colegios sean los más perjudicados de bajarse de 7 a 6 de la mañana la hora de apertura y de extenderse de 5 a 7 de la tarde el cierre de las votaciones. Pero los candidatos y el propio sistema político se benefician con una mayor concurrencia a las urnas. Sobre la revisión del horario se han pronunciado el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y aliados, pero en cuanto a la necesidad de la proclama para el voto en el exterior han coincidido todas las organizaciones políticas. La JCE, que se ha mostrado tan flexible en las demandas para garantizar un proceso transparente y concurrido, debe ponderar la pertinencia tanto sobre el horario de votación como la proclama para el sufragio en el exterior.