Los cambios son necesarios en la administración pública. Hay funcionarios que en el ejercicio se tornan prepotentes y presentan una ausencia de cooperación, con quien puedan necesitar sus servicios
El empleado público designado por un decreto debe actuar siempre con responsabilidad y humildad.
Nunca deberá considerar que el cargo que tiene es un merecido premio a su aporte de campaña
Aunque muchos no lo vean asií, a un cargo público se debe ir con el deseo de colaborar en el bienestar general. Los partidos son los grandes responsables de no indicarle a sus dirigentes y militantes la importancia de su designación.
El presidente Luis Abinader está en una fecha precisa para realizar cambios. Es el final del mes de febrero, donde se debe remenear la coctelera.
Es bueno señalar que en los últimos periodos gubernamentales se olvidó la vieja cartilla de que había la rotación en febrero y en agosto. Como no es dan los cambios, el presidente no tiene fecha fija para emitir los decretos.
No puede ser tampoco una caza de funcionarios para crucificarlos. Por simple ejercicio, la rotación debe ser una necesidad. Además, con la amplitud de trabajo en diferentes áreas se prepara una excelente maquinaria de gobierno.
De paso vamos a hacerle algnnas sugerencias a uno que fue nombrado, pero no está sentado en su despacho, se trata de Luis Miguel Decamps, que viene del tranquilo territorio del ministerio de Trabajo, a la caldera a punto de estallar de la Educación.
En este ministerio hay que hacer remociones internas, y colocarlos en mejor disposición de controlar la crisis edutiva, Aquí al parecer la que manda es la asociación Dominicana de Profesores.
Desde hace tiempo no hay diálogo, sino batallas campales por el aumento salarial, ls vacaciones, conquistas para los maestros, y que no se aplíquen los reglamentos y las leyes en los excesos.
Después de sentarse en su despacho, el nuevo secretario debe reunirse con la ADP y hablar claro, bien claro, sobre las limitaciones y retrasos de la educación dominicana.
Con los cambios también se dirige la marcha de los que están en la gatera, esperando una señal que no llega. Los partidos pequeños que apoyaron al Partido Revolucionario Moderno en las pasadas elecciones.
Vienen con hambre y deseo de que se les de lo que estiman es una obligación, pero se les recuerda que a pesar de los tratos de campaña el presidente Abinader es el que firma los decretos y nadie más
Y debe haber esperanzas para el hombre sencillo del pueblo.
Por: Manuel Hernández Villeta