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Impresiones de Portugal

Impresiones de Portugal

Ernesto Guerrero

El resultado de una prueba de ADN, arrojó que el 40% de mis genes tenían origen en Portugal. Esto fue una verdadera sorpresa por lo que junto a mi esposa e hijo organizamos un viaje con la intención de encontrar algo, que se asociara a mis orígenes.  Durante 10 días viajamos por Lisboa, Oporto, Fátima y Sintra, conociendo lugares y degustando la comida y sus famosos vinos.

 En cada ciudad, encontramos gente muy afable que se explayaban cuando portábamos una gorra del equipo de futbol local. (Buen truco).

Portugal ocupa la porción occidental de la península Ibérica, tiene el doble de nuestro territorio, 10 millones de habitantes, y su economía es la 43 en el mundo. La capital es Lisboa una ciudad levantada a orillas del rio Tejo, que sorprende por su limpieza, y ausencia de agresión visual o sonora.  Al caminar por sus calles, buscaba identificarme, y con cada orejudo que aparecía, mi hijo se burlaba diciéndome —Ahí va tu tío— Yo ante tanta perfección solo podía exclamar —¡Carajo! a nosotros todavía nos falta mucho—.

Como en todas las ciudades europeas, los carros son pequeños, tampoco se ven policías. La ciudad es amigable al peatón, posee una armoniosa concentración de estructuras antiguas y modernas, dentro de un marco con muchos parques y zonas verdes, recuperadas espléndidamente, después del incendio que destruyó el 75% de la ciudad 1755 y del más reciente en el 2017. No se observan zonas marginales y la percepción de corrupción entre sus habitantes, es muy baja.

Se observan muy pocos emigrantes africanos, nos encontramos con varios emigrantes brasileños y por supuesto, venezolanos. Curiosamente, a pesar de la gran concentración de dominicanos en España, la similitud del idioma y lo económico de la vida, nuestros compatriotas no tienen mucha presencia.

Ocasionalmente escuchamos música reguetón, pero la favorita de los portugueses es el “Fado” se interpreta con una guitarra especial, su melodía es lenta, con letras de amargue y desamargue (no me gustó).

En los olores y sabores de la ciudad, finalmente encontré algo que me identifica ¡El bacalao! En todos los restaurantes grandes y pequeños se ofrece este plato en docenas de diferentes recetas. Con un bacalao a la brasa, acompañado de un vino de oporto, me sentí portugués. Continuará…