Opinión Editorial

Inaceptable

Inaceptable

El Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó ayer que se ha tergiversado una invitación cursada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para el “relanzamiento” de una oficina en Verón, provincia La Altagracia, para “proveer atenciones a personas vulnerables”, y no como “centro de acogida de inmigrantes”.

Ante esa supuesta tergiversación, la Cancillería invitó a la prensa nacional a “hacer un ejercicio responsable del periodismo”, y de paso ofrece una clasecita de buen ejercicio profesional al aconsejar confirmar las informaciones en la fuente “a fin de evitar la difusión de noticias falsas o tergiversadas…”.

Antes de esa reprimenda injustificada e inaceptable, el canciller Roberto Álvarez ha debido leer siquiera el primer párrafo de la invitación cursada por la OIM, en la que precisa que la apertura de esa oficina forma parte de su labor como organismo de cooperación para “la gestión ordenada, justa y regulada de la migración”.

La única información contenida en esa invitación se refiere a que cumpliría el cometido de “gestión ordenada, justa y regulada de la migración”, pero también se sabe que tal “relanzamiento”, como lo define la Cancillería, aunque en el texto de la OIM se menciona el vocablo “inauguración”, no contaba con el aval de las autoridades.

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En un contexto de aumento de la violencia en Haití, asociado con reclamos de varias agencias de la ONU para que República Dominicana acepte instalar aquí centros de refugiados, así como suspender repatriaciones de indocumentados, resulta lógico que cause escozor la inauguración de una oficina de la OIM en un municipio con alta presencia de migrantes haitianos.

Antes de ofrecer lecciones de buen periodismo, el canciller debería explicar por qué la OIM escoge tan singular momento para el “relanzamiento” o inauguración de una delegación en Verón, Punta Cana, con alta presencia de migración haitiana, pero también con alto nivel de empleo. ¿Por qué no se instaló en la frontera?

A más de exhortar a la prensa a ejercer con responsabilidad, el canciller Álvarez peca de injusto al creer que los periodistas son tan ignorantes que confunden el rol de la Agencia de la ONU para los refugiados (Acnur), con el de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), como sería divulgar que en el principal polo turístico de la República se instalaría un centro de acogida para refugiados, aunque, ¡quién sabe, Magino!

Culpar a la prensa por el escándalo desatado por el anuncio de inauguración de una oficina de la OIM en Verón constituye un acto de insensatez de la Cancillería, que no previno que esa iniciativa, por su propia naturaleza, desataría preocupación o temores en la ciudadanía.

El Nacional

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