Malditos sean (…)
«El precio de desentenderse de la política es el ser gobernados por los peores hombres». Platón.
Urge una revolución cívica para sustituir los actores del sistema corrupto que nos gobierna. Participación activa en la política de los dominicanos honestos y que amamos la patria, es la solución. Despertemos…
Hace unos años escribí este artículo, el cual hoy tiene más vigencia, pero con peores circunstancias.
“Malditos, malditos una y mil veces los que se prestan, se empeñan y se venden como serviles y mercancías al mejor postor para manipular la realidad que vive la sociedad dominicana, tratando de cubrir los males que en este momento nos arropan.
Malditos una y mil veces los medios, comunicadores e intelectuales que se prostituyen para inducir, manipular, engañar, difamar, mentir, disfrazar el sentir del pueblo dominicana queriendo envolver y cambiar lo que realmente sucede.
En este momento la situación de la República Dominicana es más compleja que elegir, reelegir o proteger a x precandidato, en este momento no se trata de quien represente la boleta de un partido o quien dirija la administración pública, sino de impedir que continúe la impunidad, el mega robo, la hiper corrupción, el deterioro ético-moral y la falta de respuestas y soluciones a las demandas del pueblo dominicano.
No podemos permitir que se siga jugando con la honestidad, la meritocracia, los principios y los valores que deben prevalecer en toda sociedad, en la familia. Las autoridades actuales, en la cabeza el gobierno y las cúpulas peledeístas con sus aliados, han demostrado que no tienen escrúpulos, que no tienen principios, que no tienen límites en sus pretensiones de seguir gobernando.
Estoy convencido que debemos actuar en contra del Peledeísmo, sus asociados y los partidos tradicionales que protagonizan el desorden y la explotación del pueblo trabajador y honesto.
Malditos los políticos que nos gobiernan, los cuales están atentando contra el equilibrio y la armonía de nuestra sociedad, del futuro de todos aquellos que pensamos de manera diferente, de aquellos que entendemos que el libre albedrío y el libre pensamiento, la libre determinación de los pueblos está por encima de todo.
Nada es hoy lo que parece en la República Dominicana; reflexionemos las sabias palabras de nuestro patricio para reivindicarle: “Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones.” “Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la patria.” Malditos sean (…)
Ese significado de libertad e independencia de nuestra bandera está manchado por la corrupción y la pérdida del orgullo patrio. Precisamente aquellos que están llamados a defenderla y reverenciarla, hoy la ultrajan.
Dominicano recuerda “no hay arma más poderosa que un pueblo unido por una causa común”. No permitamos que estos malditos toquen y dobleguen nuestra dignidad.
En este momento está en juego la soberanía, el poder y los derechos del pueblo. No permita que una dádiva, un puñado de dinero sucio manipule tu conciencia.
“Ningún pueblo ser libre merece, si es esclavo, indolente y servil.” Himno Nacional