Necesitamos dejar de ser ovejas
“No importa quién sea el pastor, lo importante es dejar de ser oveja”
Participar en la política ya no es un opción, es una obligación que urge para impedir que se destruya la República Dominicana.
Cambiemos la forma en que opera la política. Trabajemos para cohesionarnos en el cambio en que creemos y queremos. Formemos un ejército de voluntarios de efectos multiplicadores para conquistar a nuevos trinitarios, nuevos restauradores, nuevos 1J4, nuevos constitucionalistas. Nuevos indignados para reivindicar a nuestros héroes y rescatar la nación. Sí, estamos preparados para derrotar el sistema corrupto que tradicionalmente nos ha gobernado, (poderes formales y fácticos asociados desde siempre. En esta ocasión dirigida por el comesolismo de la cúpula del PLD y sus aliados).
La gran paradoja que nos impide avanzar como nación consiste en que en un estado de derecho, los cambios trascendentales que toda sociedad necesita, deben ser realizados e impulsados por su clase política en los distintos estamentos del poder, sin embargo, para desgracia nuestra, esa misma clase política constituye la retranca que impide realizar esos cambios que tanto necesitamos.
Ya no tenemos actores representantes confiables de los ciudadanos, que cumplan los lineamientos institucionales del Estado, como lo mandan la Constitución y cada ley orgánica.
Por la otra parte la sociedad civil o el pueblo trabajador que debe revelarse y cohesionarse para rescatar la nación, reclamar justicia social e igualdad de oportunidades para todos, está dormido o es indiferente.
“Ningún pueblo ser libre merece, si es esclavo, indolente y servil”, Himno Nacional
Urge despertar para decirles a los políticos: Estamos hartos de esos discursos demagógicos, de que nos roben y nos engañen.
No importando quién esté administrando el Estado, el pueblo es el soberano, por ende la sociedad es la que tiene que estar preparada para demandar y exigir las cosas que deben venir del Estado, exigir que la Administración Pública sea saneada y transparente; exigir el buen uso de los recursos para bienestar y justicia social de todos.
En el momento que cada ciudadano y ciudadana a aprenda a defender sus derechos y a respetar los derechos de los demás, a cumplir con sus deberes, automáticamente se revertirá en una sociedad madura, triunfadora.
La policía sin ley es arbitraria y la ley sin policía es incumplida e irrespetada. De la misma manera el Estado sin justicia se convierte en opresor y violador de derechos; e impune ante sus abusos.
Lamentablemente nuestro Estado tiene una justicia politizada y comprometida con los peores intereses de grupos, permitiendo y hasta promoviendo la corrupción y la impunidad.
Tal como lo define Wenceslao Vega en su libro Historia del Derecho Dominicano: “El derecho, como superestructura impuesta por la clase que detenta el poder, sirve solo a los intereses de esa clase, por más democrática y humanitaria que parezca la legislación.”
“Los grandes cambios de nuestras vidas son el resultado de decisiones que no nos cuestan dinero ni están relacionadas con asuntos materiales, sino con voluntades firmes que nos ayudan a escoger entre seguir sufriendo o estancados, o cambiar a una nueva vida para ser feliz y comenzar de nuevo” – JTTR