Si difícil ha resultado para el gobierno dominicano precisar la cantidad de inmigrantes haitianos en su territorio más sería para las autoridades haitianas poder contar a sus connacionales que residen con o sin documentos en el lado oeste de la isla, aunque se señala como una novedad el anuncio de que Haití realizará un censo de los suyos en territorio dominicano.
El nuevo ministro para Asuntos de Haitianos en el Exterior, Daniel Suplice, dijo que el censo se realizará este año, sin explicar cual sería la logística para acometer esa empresa que nunca ha sido emprendida o completada por las autoridades de inmigración a quien le compete establecer la cantidad de extranjeros asentados en el país.
Embajadas y consulados acostumbran abrir un libro de inscripción para que los ciudadanos residentes o que están de paso anoten sus datos, incluido lugar de residencia y actividades laborales que realizan, aunque no parece fácil que la legación haitiana por si sola pueda contar a más de un millón de compatriotas que se dice viven en República Dominicana.
Se sabe que la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) realizaría un censo de extranjeros residentes en territorio nacional, con financiamiento de la Unión Europea y apoyo técnico del Fondo de Población de Naciones Unidas, lo que haría innecesario el anunciado por el ministro haitiano.
Falta saber cuál sería el protocolo que se usaría para que el Gobierno de Haití envíe técnicos al lado este de la isla a contar a los suyos, porque se trataría de una empresa de gran envergadura, si se toma en cuenta que cálculos moderados de Naciones Unidas sitúan en 800 mil el número de haitianos residentes aquí.
Por tratarse de un anuncio hecho por un ministro, hay que suponer que las autoridades dominicanas han debidamente informadas sobre un asunto de tanta trascendencia que según ese funcionario se iniciaría durante este mismo año.
El ministro Suplice ha dicho que se desea precisar si la cantidad de haitianos llega a 600 mil como creen las autoridades haitianas o más de un millón, como afirman los dominicanos, por lo que mejor sería que ambos gobiernos aúnen esfuerzos no solo para determinar el número de inmigrantes, sino para consensuar políticas migratorias convenientes para ambas partes.
Al definir como difícil la realización del anunciado censo, lo conveniente sería que las autoridades dominicanas cumplan con su deber y cuenten los haitianos legales o indocumentados residentes en República Dominicana e informen a sus vecinos sobre el asunto.

