Amnistía Internacional recurre de nuevo a la mentira y a la manipulación al afirmar en un informe divulgado ayer que desde junio de 2015 más de cien mil haitianos y dominicanos descendientes de haitianos fueron deportados por el Gobierno o huyeron por amenaza de ser repatriados, perseguidos y hostigados.
Ese organismo cita cifras que atribuye a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), según las cuales 40,281 indocumentados fueron repatriados sin que hubiesen tenido oportunidad de defenderse del procedimiento, mientras otros 66,383 habrían emigrado voluntariamente, por temor a ser expulsados del país de manera arbitraria.
También afirma que 889 menores no acompañados fueron deportados por las autoridades dominicanas, además de denunciar que otros 8,287 descendientes de haitianos, pero nacidos en República Dominicana, figuran en la lista de repatriados.
No se entienden las razones por las cuales Amnistía Internacional no solicitó al Gobierno dominicano el número exacto de extranjeros que han sido repatriados durante el último año, así como la proporción que representan esas deportaciones con respecto a la cantidad total de extranjeros que residen en República Dominicana.
En el informe de marras no se identifican casos específicos de violaciones a los derechos de indocumentados o de personas que reclaman la nacionalidad dominicana, sino que Amnistía Internacional se limita a referir cifras sobre repatriados que dice fueron recolectadas por otra entidad.
Constituye una perversidad mayor acusar al Gobierno dominicano de perseguir, hostigar o amenazar a decenas de miles de indocumentados haitianos con el objetivo de que crucen despavoridos la frontera. Ese organismo internacional no ha documentado un solo caso de violación a derechos de indocumentados, aunque se admite que ha podido registrarse más de uno.
Son muchos los haitianos que cada día cruzan la frontera terrestre de más de 390 kilómetros, huyendo de la calamitosa situación política, económica, social e institucional que se padece en Haití, por lo que es lógico que las repatriaciones se produzcan con similar frecuencia.
Lo que no se acepta, y por consiguiente se rechaza con todo vigor, es la infamia divulgada por Amnistía Internacional de que en República Dominicana se ha desatado una persecución contra la comunidad haitiana, a causa de la cual miles de inmigrantes huyen hacia Haití, una mentira repetida que raya en la inmoralidad.