El Senado ha desactivado la alarma que encendió el presidente Donald Trump con su duda de respetar los resultados de las elecciones del 3 de noviembre en Estados Unidos.
Al entender que si pierde la reelección no sería en buena lid, sino como resultado de un fraude, Trump se ha negado a garantizar una transición pacífica.
No sorprendería si la última decisión para proclamar al triunfador la tome el Tribunal Supremo.
Trump ha corrido con muchos factores en contra en el actual proceso, que ya comenzó a través del correo por la pandemia del coronavirus.
Se le ha atribuido desde un mal manejo de la crisis sanitaria hasta estimular con su discurso de odio los crímenes de afroamericanos por policías blancos.
La no aceptación de su derrota frente al demócrata Joe Biden no ha dejado de minar un proceso en que se ha advertido contra injerencia de potencias como Rusia y China
El Nacional
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