Antes de que la energía renovable convertirse en un negocio aceptable para el sistema energético, la industria petrolera con influencia determinante en el Poder Político mundial no le dio paso para la inversión y su desarrollo.
Todavía están las reminiscencias de esas trabas, al punto que todas cumbres climáticas celebradas hasta ahora han sido organizadas y lideradas por líderes petroleros del mundo.
Ya en los años 80, el profesor Juan Bosch escribió en su obra Capitalismo Tardío en República Dominicana que los tendidos eléctricos por el aire eran un ejemplo del subdesarrollo, pero a la fecha en el país no ha surgido ningún plan a largo plazo para el tendido eléctrico soterrado, que limpiaría las ciudades, reduciría al mínimo el fraude eléctrico y evitaría que huracanes echen abajo el tendido eléctrico a su paso.
Alrededor del tendido eléctrico por los aires hay un gran negocio, que comienza con los postes del tendido eléctrico.
Todos los años las tres distribuidoras de electricidad, EdeEste, Edenorte y Edesur, deben disponer cada una de unos 150 millones de pesos para las podas de los árboles, pero nunca ha habido una campaña para educar a la ciudadanía sobre el tipo de árboles que se deben sembrar debajo del tendido eléctrico, ya que detrás de eso hay un gran negocio.
Ponemos esto como ilustración de los intereses creados en un sector tan poderoso como el sistema energético.