Con la desmaterialización de José Augusto César León Asensio (Santiago 21-02-1934 Santo Domingo 04-03-2024), a 90 años de su fructífero nacimiento, la sociedad dominicana pierde un industrial de superior gama, un propulsor por todo lo alto del deporte y la cultura, y el Último Mohicano de una pléyade de hermanos, Eduardo, Fernando y Guillermo, que constelaron el escenario empresarial con altos relieves de labor pulcra y esforzada, ejemplo a propios y extraños.
Huérfano a los tres años cuando el 29-09-1937 falleció su progenitor, Eduardo Antonio León Jimenes, fundador de La Aurora en 1903, su hermano mayor Eduardo, asumió el vacío del padre de José, educándolo aquí y en Estados Unidos, hasta relevarlo cuando Eduardo se refugió en el Padre Alto, dejando a José el relevo del emporio empresarial de tabaco y licores.
Por sugerencia e iniciativa de José, su hermano mayor Eduardo respaldó promover el deporte, la cultura en asignaturas de música clásica y popular, las bienales plásticas, medioambiente, creando emisora cultural Raíces y los premios culturales Eduardo León Jimenes.
Patrocinó una edición de seis tomos medioambiente recopilación artículos publicados en El Caribe autoría de Félix Servio Doucodrey, profundo y profuso estudio reseña completa documentación de esa materia.
Los deportes béisbol, softbol, boxeo, carreras autos fueron sus pasiones, destacando el basquetbol, desde años 50 del siglo XX, estudiando economía en Babson, Boston, quedó deslumbrado con las proezas del gran Bob Cousy, conforme describía al suscrito en correspondencias de entonces, original relación amistosa, desde nuestra primera juventud, en el entonces pueblo grande Santiago, hoy trepidante urbe.
Todos los deportistas que acudieron al regazo inmenso de José León, lograron el respaldo inmediato a sus iniciativas de expandir los deportes.
Asistió con visión y firmeza transformación de La Aurora inicial, luego Eduardo León Jimenes, a su hermano mayor Eduardo, ora como secundador, ora como gestor de providencias de su cosecha emprendedora y visionaria, iniciando en 1970 siembra tabacos rubios Virginia y Burley, y vinculación con Phillip Morris, donde la modesta empresa elaboradora de habanos en Don Pedro, Guazumal, catapultó al principal emporito tabaquero dominicano.
José conservó su innata sencillez, más que todos sus hermanos, sentándose a charlar con sus ejecutivos y empleados más humildes, y la puerta de su despacho siempre permaneció abierta, mientras los conversatorios fluían, las risas por las ocurrencias de José, un gran bromista repentista, repercutían lejos.
Predicó como practicó la honestidad personal y empresarial, el más refulgente legado a su sociedad y su familia, zurcido a su proverbial sencillez y alto y persistente sentido del humor sano.
Igual que la novela de Feminore Cooper, José León es el Ultimo Mohicano de una familia emprendedora.
De buenas personas.
Paz a su alma.
Siempre viva a su gratísima e imperecedera memoria.