Carolina Camacho sabe que su misión como joven artista está marcada con la fuerza de un talento de múltiples expresiones, signado por la autenticidad de la canción de raíces, por los colores y los olores del caribe, y sobre todo sabe que su música y su danzar no será ni moda pasajera ni un entremés para el consumo de pequeños colectivos.
Alejada de los afanes previsibles de la promoción de un disco, la Camacho tiene un sello: la permanencia de su arte, el alejamiento de los patrones musicales facilistas y reverenciados por el mercado.
Pese a que mucha gente no se ha dado cuenta, Carolina Camacho es un fenómeno artístico que ha tomado curso y no está condicionada por nada, para que brote libre el influjo de su talento danzario, escritural e interpretativo, para dejar un sello sobre la faz del Caribe.
“No me creo mejor que nadie. No trabajo para competir con nadie. Cada quien tiene su arte y sus metas. Lo que considero que es mi deber es transmitir la autenticidad de mi propuesta, haciendo un arte no condicionado por nada, destinado a dejar sensaciones permanentes”, nos dice Carolina Camacho.
Con su segunda producción, Afrotaína, esta mujer que emerge con fuerza, que vale por sí misma, deja sentir sus habilidades de compositora, cantante, bailarina, instrumentista y espíritu irreductible en escena.
Esta artista cuenta con lo necesario para que la trascendencia marque su carrera: una afinada y firme voz, creatividad y poesía interior de cara a sus letras., sentido acertado en sus arreglos, los productos de su arte, iniciando con la facturación de sus videos y una capacidad escénica orientada a establecer una marca personal permanente e inolvidable.
Tras escuchar Afrotaína, queda claro, cual sol del mediodía, que es una expresión del Caribe multicolor y foklórico, que da lugar a un género, el Electro Palo, suma de mambo, reggaetón, dembow, atabales, gagá, y congo.
EL DATO
El álbum
Afrotaína contiene los temas: Vida, Viaje, Amarra, Leona, Las Espinas, Terrícola, Palo de Colores, Mantra Amor, Asención, en las que se deja clara la voz firme y alta de una mujer sentida de si misma, las voces de la calle y el clamor sensorial de un Caribe que tiene infinidad de tonos.