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El déficit comercial de los EE. UU. es de 920 mil millones de dólares en 2024. Situación que lo ha colocado en la ruta del incremento exponencial de los aranceles con el propósito de reducir las sustanciales pérdidas con sus socios comerciales.
Esta estrategia arancelaria podría marcar un retroceso en la liberalización y globalización comercial alcanzando un proteccionismo que, ante el peso de su economía puede ser letal y desencadenante de un proceso inflacionario a escala planetaria.
Trump no deja de tener razón para actuar, pues en materia de superávit comercial China lidera con 292 mil millones de dólares, seguido de la Unión Europea con 231 mil millones de dólares.
Alemania se lleva la apreciable suma de 84 mil millones; y de la misma manera México 170 mil millones de dólares. Este panorama nos indica que el mercado norteamericano es el sostén y equilibrio de diversas economías en el mercado mundial.
Trump, que apunta al equilibrio, ha observado en los aranceles y otras medidas restrictivas al comercio unas herramientas esenciales para alcanzar tan anhelada meta.
No obstante, estableciendo tarifas de un 25% en productos críticos de la economía como los metales e insumos representan un serio obstáculo a las cadenas globales de producción y un gran reto para las naciones impactadas a fin de evitar el desplome de la economía global.
Sin embargo, las amenazas proteccionistas a la usanza del siglo XIX podrían constituir un alto riesgo con miras a las expectativas de crecimiento económico global.
Escenario que apunta a desatar una costosa guerra económica, pues China su principal oponente ha fijado aranceles por un monto de 14 mil millones de dólares a productos estadounidenses.
Es bueno saber que los Estados Unidos produce en el exterior un alto porcentaje de su PNB, lo que ha venido a conocerse como la segunda economía.
Trump se ha enfocado en promover el crecimiento y la transparencia con el propósito de mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos.
Una visión clara y un desafío extraordinario: la prosperidad económica, lo que antes hizo grande a esa nación. De ahí, su grito de guerra: “Hacer América grande otra vez” “Make America Great Again”.