Hace aproximadamente 530 millones de años, irrumpió una gran variedad de animales en la escena evolutiva en un suceso conocido como la explosión del cámbrico.
En quizá tan sólo 10 millones de años, los animales marinos desarrollaron la mayor parte de los planes corporales básicos que observamos en los grupos actuales.
Entre los organismos que se conservan en fósiles de esta época hay parientes de los crustáceos y las estrellas de mar, esponjas, moluscos, gusanos, cordados y algas.
Todavía no está clara cuál fue la chispa que hizo posible esta bonanza biológica. Puede que fuera el oxígeno presente en la atmósfera que, gracias a las emisiones de cianobacterias y algas al realizar la fotosíntesis, alcanzó los niveles necesarios para impulsar el crecimiento de estructuras corporales y formas de vida más complejas.
El ambiente se hizo también más hospitalario al calentarse el clima y subir el nivel del mar, que inundó masas de tierra bajas, creando hábitats marinos poco profundos que resultaban ideales para generar nuevas formas de vida.
Fueron organismos complejos y bien desarrollados, con muchos tipos de células diferenciadas, y es ampliamente reconocido que la evolución de estos organismos a partir de precursores unicelulares en un espacio de tiempo tan corto es sumamente dudosa.
Ahora, se puede admitir que organismos sin esqueletos dejarán, si acaso, pocos fósiles, así que no debería sorprender demasiado si una línea evolutiva apareciera de pronto en el registro fósil.
Sin embargo, es sorprendente – al menos dentro de un marco evolutivo -que tan amplia variedad de formas fosilizables apareciera más o menos al mismo tiempo.
El número de planes corporales radicalmente diferentes que aparecieron en tan corto período de tiempo geológico (aproximadamente 13 millones de años) es mayor que en cualquier otro.
Explicar la brusca y simultánea aparición de estos organismos constituye uno de los principales desafíos de la biología evolucionista.
En resumen, lo que se propone generalmente, es la coincidencia extraordinaria de que todos estos diversos tipos de organismos con sus esqueletos radicalmente diferentes alcanzaron la etapa fosilizable en un periodo de tiempo relativamente corto.
La Explosión Cámbrica genera la clase de preguntas que ocurren repetidamente con respecto al registro fósil. Primero, es que los principales nuevos tipos de organismos aparecen de pronto y bruscamente.
Segundo, surgen muchas líneas diferentes aproximadamente al mismo tiempo, exhibiendo la misma clase de desarrollo significativo.
Existe una diversidad tan radical que se vuelve inverosímil que compartieron un antepasado común reciente.
También parece irreal que la misma clase de avance pudiera haber surgido independientemente en varias líneas, especialmente simultáneamente.
Ultimos hallazgos
En los sedimentos cámbricos encontrados en Canadá, Groenlandia y China se han descubierto extraños organismos de cuerpo blando fosilizados, una especie de gusanos marinos que quedaron enterrados durante avalanchas de tierra submarinas. Entre los descubrimientos más sorprendentes, anunciados en 1999, destaca el del yacimiento fosilífero de Chengjiang, en China, de 530 millones de años, donde los científicos encontraron restos de dos tipos distintos de peces pequeños y sin mandíbulas. Estos fósiles, que constituyen los animales vertebrados más antiguos cuyos parientes en la evolución siguen con vida, prueban que los primeros vertebrados entraron en la historia de la evolución unos 50 millones de años antes de lo que se pensaba hasta la fecha.