Con multitudinaria marcha exigiéndole al Gobierno que frene la inseguridad ciudadana, el hambre, y los altos precios, la FP cierra el año que prácticamente termina. Los hechos mostraron que sólo una institución consolidada en estructuras fuertes, puede montar eventos tan concurridos y organizados como este.
Ha quedado demostrado que es el partido que encabeza la oposición y al que tendrá que enfrentar el oficialismo, que luce cierto agotamiento, y centrado en un modelo que lo hace individualistas, y presumiendo siempre de que el poder que tiene es para cambiar sus propias circunstancias.
Mientras tanto le ha quedado a deber al pueblo el cambio ofrecido.Vimos alegría desbordante en marchadores decididos a demostrar su firmísima militancia junto a los líderes mayores de la organización, cuyo magnetismo se transmitía a las masas con entusiasmo.
Aunque algunos sostienen que el liderazgo de Leonel es “viejo”, fueron impresionantes los vítores a él, como a Omar, su hijo. Y lo que hace relevante a Fernández es precisamente su experiencia, que es solvencia a la vez.
Más aún teniendo en cuenta que lo que exige el futuro inmediato es madurez para los asuntos del Estado, lo que resulta crucial en un país como el nuestro cuyo manejo requiere destreza e imaginación ante las ineficiencias y el deterioro de la calidad de vida y el abultado endeudamiento que arrastra. No es un simple cambio de cara para hacerlo generacional, es de conducción con seguridad, con voluntad creadora, con planes y no con simples esbozos.
El propio discurso de Leonel estuvo orientado a influenciar a ese ciudadano enojado con lo público, que se siente abandonado por el Gobierno, pero concentrado en la esperanza.Claro, la participación masiva de jóvenes pone en evidencia que hay vocación para que la política pueda seguir forjando líderes, y aquel eterno debate de que los partidos están muriendo por falta de adhesión, esta marcha da pie a pensar que hay sentido nacional.

