El Partido Revolucionario Dominicano tiene pautado celebrar su convención, para escoger sus principales autoridades, el venidero 12 de junio, es decir dentro de cuatro meses y unos días.

El PRD salió del poder político en agosto del 2004 con un serio deterioro de imagen y en lugar de detenerse a enmendar errores, recobrando valores éticos e ideológicos, se apresuró a escoger a un candidato presidencial que, una vez pasan las elecciones, anunció que aspiraría de nuevo en el 2012.

Pero no conforme con su aspiración a la Presidencia de la República, el ingeniero Miguel Vargas Maldonado se decide también a buscar la presidencia del PRD, rompiendo el equilibrio y la alternabilidad histórica en esa entidad política. Y sin hacer reparo de que el problema principal de la organización es de imagen y crédito público y no que un hombre se adueñe de todo.

Miguel Vargas acaba de ser el candidato del PRD y es lógico que mantenga cierta fuerza en la estructura partidaria y muchos lo ven como el hombre que encabezaría nuevamente la boleta blanca en los comicios del 2012 y, con su aspiración a conducir el partido a partir de junio, acaba de ponerle una camisa de fuerza a dirigentes y militantes que no quieren quedarse excluidos de los decretos presidenciales, en el hipotético caso de que el MVP asuma la jefatura del Estado.

El apoyo más fuerte de Vargas Maldonado está entre los síndicos y legisladores perredeístas que aspiran a la reelección y tienen la esperanza de que el acaudalado empresario les cubra parcial o totalmente los gastos de campaña en las elecciones de medio término. Es una forma de apoyar a crédito.

Se colige que el apoyo que recibe Vargas Maldonado para dirigir el partido no se basa en principios ni en la convicción de que es idóneo, se basa en la búsqueda de ventajas y en el temor.

Es todo lo contrario del apoyo ofrecido al doctor Enmanuel Esquea Guerrero. A Esquea se le percibe como el hombre que llevaría la disciplina partidaria y haría recobrar el carácter ético e ideológico del PRD, haciendo que la población devuelva la confianza perdida al principal instrumento político de la República Dominicana.

Si Esquea Guerrero asume la presidencia, como se espera, el PRD supera su problema de imagen y crédito público y las perspectivas electorales para los certámenes del 2010 y 2012 serían inmensas, porque habría un verdadero partido opositor a un gobierno que no sale de un escándalo de corrupción.

Pero todo lo que acabo de decir en este artículo, el doctor Leonel Fernández lo sabe. Y el gobierno acaba de tomar la decisión de meter el brazo a favor de Miguelito, tal y como hizo con Amable en el Partido Reformista. ¡Magnífica estrategia!

Y es que si Miguel Vargas se adueña del PRD, esa entidad seguiría sin disciplina, sin ideología, envejecida, distraída, inhabilitada, sin guardar distancia y obstinada en disputarse a los sectores conservadores. De esa forma no puede recobrar la confianza perdida ni puede ser oposición, lo que le permite a Leonel seguir haciendo y deshaciendo.