Con la reciente inauguración de ese extraordinario proyecto habitacional de La Nueva Barquita, el presidente Danilo Medina, dio una vez más muestras, de que estamos ante un estadista, cuya visión, manejo y ejecuciones, lo colocarán en la exclusiva lista de los grandes presidentes de nuestra historia. Esta importante obra social, que beneficiará a seis mil familias humildes que habitaban en la ribera del río Ozama y que ahora vivirán dignamente, consta de 1,782 apartamentos construidos por el superior gobierno con una inversión de RD$4,000 millones y que favoreciá a 1,400 familias, que representan unos 6,000 habitantes, que también tendrán acceso al Metro cable, que construye el superior gobierno y que se conectaran a las líneas del metro.
Este tipo de obras de carácter social pero también económica, contribuyen a mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo y también estimula la economía, ya que la construcción es una de las actividades que mayor incide en el crecimiento de los países.
Quiero felicitar y destacar la labor realizada por ese valioso y talentoso joven dominicano, Jose Miguel González Cuadra, quien estuvo al frente como director de este visionario proyecto, y quien a pesar de su corta edad es presidente de Centro Cuesta Nacional, también de Ágora Mall y de Megacentro, y cuya eficiente labor frente a este obra ha sido reconocida en varias ocasiones por nuestro presidente Danilo Medina.
González Cuadra, que decidió iniciar este camino que traía consigo una relación Estado-Empresariado y a pesar que muchas opiniones en contra para que no se involucrarse en algo muy delicado, pero que desde que visito junto al presidente Danilo Medina y el padre Gregorio Alegría donde se haría el proyecto, vio la grandiosa obra humana que esto significaría.
Luego de finalizada la obra, González manifestó, que esa experiencia de La Nueva Barquita le había cambiado su perspectiva sobre la vida y el valor de las pequeñas cosas y que no abandonaría ese proyecto habitacional porque para él era más que varilla y cemento o estadísticas frías, y que su satisfacción más grande es entrar allí y ver los niños jugando, viviendo una vida sana, ver los rostros de felicidad.
Grandes palabras y un gran corazón, lo que demuestra que no solo somos carne y economía, también somos espíritu y sentimientos. Ojala el gobierno junto al sector privado sigan fomentando este tipo de proyectos, estilo esta Nueva Barquita, la Ciudad Juan Bosch, etc. , para seguir contribuyendo al desarrollo económico y social de nuestra Republica Dominicana, y seguir demostrando que cuando se quiere se puede. En otro orden, finalmente quiero felicitar a mi respetado y viejo amigo, ese destacado y agudo periodista, Huchy Lora, por su merecido Premio Nacional de Periodismo.