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La OMSA en la horca

La OMSA en la horca

Elvis Valoy

Dentro de la estrategia del gobierno del presidente Luis Abinader de regalar las calles y avenidas, está la de desprestigiar el servicio de la OMSA, haciendo creer que es una onerosa carga para el Estado Dominicano, maniobra falsa  que únicamente persigue obsequiar la institución  del transporte a un grupúsculo de vividores.

Sin embargo, el gobierno esconde el multimillonario gasto en que ha incurrido el Estado Dominicano entregando corredores que fueron administrados por la OMSA, abandonando y desmantelando la empresa estatal para el usufructo de alabarderos del gobierno de  Abinader.

¿Quién no es “competente” cuando alegremente le proporcionan todo y hasta el mercado de pasajeros es obligado a carabina a adherírselo a la claque voraz y oportunista del actual régimen, eliminando todo atisbo de competencia? 

La OMSA fue cruelmente desterrada tanto de los corredores de la avenida Núñez de Cáceres como del de la Winston Churchill, y a sus sufridos autobuses solo les queda salir a las calles y avenidas del país a exhibir el tangible abandono y el más preocupante deterioro, con la anuencia abierta de las autoridades, que trabajan diaria y abiertamente para su extinción y destrucción.

¿Qué ha habido escándalo en el pasado en la OMSA? Muy cierto, como lo ha habido en el sector privado, y por eso empresarios y empresarias no han dejado de existir.  

 Aquí se está “vistiendo un santo, y desvistiendo otro”, y peor aún es que toda la inversión y riesgo son asumidas por el Estado Dominicano, pero no así las ganancias, que se las embolsillan los antiguos sindicalistas, hoy megamultimillonarios, resguardados bajo el paraguas del gobierno perremeísta de Abinader.

¿Por qué no fortalecer el transporte público mejorando el servicio de la OMSA? La sufrida ciudadanía paga sus criminales impuestos para recibir servicios de transporte de calidad a bajo precio, pero el gobierno la castiga privatizando y regalando los bienes estatales sin inversión alguna de los beneficiados y sin que haya habido licitación alguna.

Tanta suerte tienen estos multimillonarios del transporte que mientras las calles del país están llenas de hoyos, destruyendo vehículos a diestra y siniestra, el Ministerio de Obras Públicas asigna cientos de obreros, máquinas,  equipos, trabajando horas extras, para acondicionarle  la avenida Winston Churchill a estos dueños del país que todo lo tienen y nada han pagado.