POR: LUSBANIA SANTOS
SANTIAGO. Allí, en los rincones de las calles, durmiendo sobre pedazos de cartón, expuestos al peligro, al frío, al abuso, se encuentran niños y adolescentes, cada uno cargando el peso de una historia que si se analiza a fondo entonces se encuentra la verdadera causa de porqué duermen estos niños y adolescentes en las calles en lugar de sus casas.
Algunos les llaman pandilleros, delincuentes o rebeldes sociales, sin embargo, pocos han entrado a sus casas, a ese lugar donde quizás fueron víctimas del abuso sexual, de la violencia intrafamiliar o del descuido de unos padres que estando presentes continúan siendo los eternos ausentes.
Y sin tratar de justificar la situación de aquellos adolescentes que prefieren la calle que sus propias casas, un cartón que una cama y el frío en lugar de una alcoba, se trata de ahondar y descubrir por qué se van, por qué no desean volver, por qué lloran sin consuelo esos jovencitos que un día decidieron salir para nunca más regresar cuando se les menciona a papá o mamá.
Según informes de la Fundación Acción Callejera, que trabaja con niños y adolescentes en condición de calle en esta ciudad, los estudios comunitarios realizados en los barrios donde funciona la institución educativa arrojan que estos niños y adolescentes en su mayoría vienen de familias disfuncionales.
Y como lo contó la directora de la Fundación, Johanni Rodríguez, “se trata de familias donde aunque están papá y mamá en la casa, de todos modos no funcionan, donde hay una desintegración familiar, ambiente de violencia que provoca que estos niños y adolescentes prefieran la calle que su propia casa como un medio de desahogo”.
La institución brinda apoyo a más de mil niños y adolescentes de 7 a 18 años trabajadores de calle diseminados en los diferentes barrios de la ciudad, pero en horarios de la tarde asiste un grupo de dieciocho adolescentes que decidieron salir sin retorno de sus casas, la causa aparentemente se desconoce, pero el ambiente que se vive dentro de “sus hogares” las delata.
Según el coordinador comunitario de la Fundación, Camilo Mateo, al visitar “los hogares” desde donde salieron estos niños se obtienen pruebas fehacientes o señales de que la familia no anda bien.
Dijo que observan las señales de los que se han quedado dentro de las casas y algunos presentan agresividad, aislamiento y en este sentido indicó que estas podrían ser las evidencias de abuso de tipo sexual o violencia intrafamiliar.
De igual modo, indicó que en el caso de los niños trabajadores, esos que aunque aparentemente viven con sus padres pasan la mayor parte del tiempo trabajando en la calle, los padres lo justifican diciendo que “es mejor que trabajen para que no sean delincuentes”, y es que para ellos el que un niño trabaje es totalmente normal, indicó el trabajador comunitario.
Sin embargo, el artículo 27 de la convención de los derechos del niño establece que “Todo niño tiene derecho a beneficiarse de un nivel de vida adecuado y es responsabilidad primordial de padres y madres proporcionárselo”.
El Código para la Protección de los Derechos del Niño, Niña y Adolescentes o la Ley 136-03 establece en su principio número 8 que “La familia es responsable, en primer término, de asegurar a los niños, niñas y adolescentes el ejercicio y disfrute pleno y efectivo de sus derechos fundamentales”.
Mientras que el artículo 68 de la referida ley establece como deberes del padre y la madre “prestar sustento, protección, educación y supervisión”, y el artículo 398 sanciona la falta de supervisión de parte de los tutores y dice que “Cuando se compruebe que el padre o la madre de niños y niñas los dejen dentro del hogar, sin estar provistos de supervisión de adultos, serán castigados con penas de dos (2) a seis (6) meses de prisión. También serán referidos a tratamiento sicoterapéutico y asistencia social.
Sin embargo, son varios los casos en que niños y adolescentes han tenido que encargarse de velar por sus propias vidas porque los padres no asumen su responsabilidad, los dejan para que sea el barrio quien los cuide, y como si se tratara de una paradoja, son ellos los primeros que manifiestan “no entender el porqué de la rebeldía del muchacho”.
Un caso
Mientras Juancito salía y entraba de su casa a la hora que quería, su mamá ni se percataba de su presencia, el niño de tan solo 8 años trabajaba limpiando botas en la calle y la responsable de su vida ni siquiera se daba cuenta de que el niño no estaba en la casa.
Hermano mayor entre nueve hermanos, a muy temprana edad decidió irse a la calle, y es que, según narró, allí se sentía por lo menos rodeado de gente y tenía con quien hablar.
“llegaba a la casa a la hora que quería, pero mi mamá no me preguntaba nada y tampoco nunca se lo dije, escondía la caja con la que limpiaba botas y así me ganaba unos cuantos pesos, además de que también tenía amigos con quienes hablar y jugar”.
Y con relación a la hora que llegaba “no tenía un horario fijo, llegaba a la hora que terminaba, porque tampoco estudiaba y tenía todo el tiempo para trabajar en la calle como limpiabotas”.
Al igual que Juancito, son varios los adolescentes que desde los distintos barrios de la ciudad han decidido irse a las calles, unos por falta de supervisión de sus padres, otros por abusos o violación a sus derechos, lo cierto es que cada uno esconde una historia que precisa una mirada más profunda para descubrirla.
EL DATO
Según los datos suministrados por la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (Enti-2000), hay 436,000 niños, niñas y adolescentes que trabajan en República Dominicana, que representan un 18% de los 2.4 millones de niños, niñas y adolescentes entre los 15 y 17 años.
En una investigación realizada en las ciudades de Santo Domingo, Santiago y Barahona, el 58% de un total de 52 niños encuestados contestó que la razón por la que había abandonado su casa ha sido por los maltratos que recibían y por las condiciones de pobreza. El 75% contestó que ha estado preso o detenido, 53.9% por delito de robo. El 69% ha estado preso o detenido por conductas violentas y por la comisión de robo.
1- 1-Johanni Rodríguez, directora fundación acción callejera
2- Camilo Mateo coordinador comunitario de la Fundación
3 -Parte de los trabajos de reformación que realizan los niños y
adolescentes en la institución