José Antonio Torres
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Cuando el dirigente peledeísta Gedeón Santos advirtió a la sociedad sobre los daños que provocarían a la gestión de Gobierno de Danilo Medina que un grupo de sus funcionarios se embarcara en una campaña a destiempo, no estaba arando en el desierto, y el tiempo le ha dado la razón.

Un mes después de su expresión: “Este es el tiempo de Danilo” y la petición de que lo dejen trabajar, la sociedad se está volcando hacia ese sentimiento, y de ahí que empresarios, políticos y gente de la sociedad civil haga causa común con las reflexiones de Santos.

Comenzar una campaña interna en procura de una candidatura presidencial para unas elecciones que todavía faltan tres años, sería incurrir en un error propio de los perredeístas.

La advertencia de Gedeón tiene su valor, dado que no es saludable para el PLD como organización política ni mucho menos para un Gobierno que tiene una visión distinta a sus antecesores en el tratamiento de los problemas fundamentales de la sociedad.

No cabe duda, la prioridad ahora es gobernar para la gente. El presidente Medina así lo viene haciendo, trabajando sin descanso para solucionar los grandes problemas de la nación. ¿Cuántas horas hay que dedicarle al Gobierno, a fin de enfrentar y resolver los problemas más agobiantes de República Dominicana?

El mismo PLD se ha enfrascado en un proceso interno de gran trascendencia, buscando modernizarse y adecuarse a los nuevos tiempos. Esa es otra razón importante para retrasar las ambiciones por la candidatura presidencial.

Por todo lo anterior, Gedeón “dio en el clavo”. Sus opiniones y críticas son más que justas y revelan una postura objetiva y sensata, ya que es bien sabido que la gente está harta de tanta campana electoral.

El país no puede vivir permanentemente en un proselitismo descontrolado. El desarrollo político de República Dominicana exige menos clientelismo, populismo y proselitismo.

Hay que dejar gobernar con tranquilidad al Presidente, que de paso tiene la mayor popularidad que los estudios de mercados hayan registrados en nuestra historia contemporánea.