El álgido debate político, jurídico y legislativo en torno a la segunda mayoría en el Senado se asume como otra complicación resultante de la división que afectó al Partido de la Liberación (PLD), que conllevó la creación del Partido Fuerza del Pueblo (FP), con el que se disputa una representación ante el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM).
La Comisión de Justicia de ese hemiciclo decidió que la segunda mayoría de esa cámara ante el CNM correspondiera a Fuerza del Pueblo, por lo que su titular, el senador Antonio Taveras, pidió ayer mismo que se colocara en agenda el conocimiento de esa decisión, la que fue aprobada.
En el informe de la citada comisión se señala que la segunda mayoría no puede entenderse en relación con la cantidad de votos válidos emitidos a favor de los partidos políticos, ya que esto iría en contradicción con la naturaleza del Senado como cámara de representación territorial, por lo que prevalece el número de escaños (9) en favor de FP, ante los del PLD (3).
La bancada peledeísta sostiene que tres de los senadores hoy de Fuerza del Pueblo fueron elegidos en la boleta de ese partido, al tiempo que se remite a la ley que sanciona el transfuguismo, pero la comisión senatorial sostiene que esa segunda mayoría se construye a partir de como quedaron conformados los bloques de partidos.
Se repite la historia de que un partido otrora mayoritario pierde unas elecciones generales como consecuencia de una división interna de la que se desprende otra entidad partidaria que centra su lucha contra la organización nodriza, la que a su vez la culpa de su desgracia.
El escenario de confrontación entre PLD y FP recuerda la celebrada comedia “Proceso por la sombra de un burro”, que narra la controversia entre el asnero que rentó su animal a un dentista, al que exigió tarifa adicional cuando su cliente quiso guarecerse debajo de la sombra que proyectaba el animal.
“Yo renté el burro y no la sombra” -alego el asnero-, pero el dentista sostuvo que quien alquila al burro también le corresponde la sombra, un litigio que no pudo ser resuelto por la justicia y que fue causa de una crisis política, aunque en la discusión entre morados y verdes, es posible que llegue hasta el Tribunal Constitucional.
Falta saber cuál sería el inusitado interés que tendrían las direcciones de ambos partidos para desear formar parte del Consejo Nacional de la Magistratura, órgano a cargo de escoger jueces de las altas cortes y recomponer la justicia. El tiempo dirá.

