Bruselas, 20 de Abril (EFE). Los países de la Unión Europea (UE) adoptaron hoy de manera definitiva la nueva legislación que establece un límite a las comisiones interbancarias de los pagos que se hacen con tarjetas de débito y de crédito.
“El objetivo es reducir los costes para los minoristas y los consumidores y ayudar a crear un mercado de pagos en toda la UE”, afirmó la institución que representa a los Veintiocho, el Consejo de la Unión Europea, en un comunicado.
El acuerdo establece un tope a la comisión interbancaria de un 0,3 % del valor de la transacción en cuestión para los pagos con tarjeta de crédito y del 0,2 % para las de débito.
En el caso de transacciones domésticas con tarjetas de débito, los países podrán decidir limitar la comisión a 5 céntimos de euro “en combinación con el tope del 0,2 %”, de manera que la suma del total de comisiones que acumule al año un sistema nacional no supere ese máximo, indicó el Consejo.
Durante los primeros cinco años de la normativa, los estados miembros podrán aplicar el límite del 0,2 % calculado como una media anual ponderada de todas las transacciones con tarjetas de débito dentro de cada sistema de pago con tarjeta.
En el caso de las transacciones nacionales en las que no se puede distinguir si se trata de operaciones con tarjeta de crédito o débito -las conocidas como “tarjetas universales»-, se aplicará un tope del 0,2 %. Sin embargo, durante el primer año de aplicación de los límites, los estados miembros “pueden definir” hasta un 30 % de las transacciones de este tipo de tarjetas como si fueran de crédito, de modo que se aplique el límite del 0,3 % a las operaciones.
La comisión multilateral interbancaria (CMI o MIF, en sus siglas en inglés) es una tasa que fijan de manera colectiva los bancos miembros de un sistema de pago por tarjetas Visa, MasterCard o de esquemas nacionales.
Se trata de un porcentaje del abono hecho por el consumidor en un comercio, que es intercambiado entre los bancos del primero y el segundo, con el objetivo de que todos contribuyan en los costes que supone mantener el sistema de pago por tarjeta.
El banco que provee a la superficie comercial de los terminales de cobro de tarjeta transfiere esta tasa a la entidad del cliente, con el objetivo de compensar una parte de los gastos que tiene que asumir este último por la emisión de las tarjetas.
Las comisiones interbancarias difieren ampliamente entre unos países y otros de la Unión, de modo que los límites propuestos supondrán una marcada reducción en el caso de algunas naciones, mientras que en otras ya gozan de comisiones menores.