Los improvisados lavaderos en calles y estacionamientos de la capital se están convirtiendo en una epidemia, como lo muestra la imagen tomada esta mañana en la calle Josefa Perdomo, en Gascue. Cubetas, esponjas, toallas y detergentes son las herramientas para este trabajo, iniciado por jóvenes en los barrios marginados, y al que en los últimos años se han incorporado haitianos. Este servicio ha sido extendido a sectores residenciales y comerciales de la capital.