Opinión

Legado duartiano [1]

Legado duartiano [1]

Cuando Duarte estuvo en España, en la tercera década del siglo XIX, ya el concepto de municipalidad, es decir, gobiernos locales con autonomía administrativa, había sido desarrollado ampliamente en Alemania y otros países de Europa. Cabe suponer que tuvo la oportunidad de educarse en aspectos desconocidos en esta nación, la administración de la cosa pública entre ellos.

Señal inequívoca de que valoró el proceso social y político consagrado con la Revolución Francesa de 1789 cuyas ideas políticas se expandieron en Europa, como el liberalismo y el romanticismo. Debió de haber acopiado, además, experiencias y conocimientos en materia de administración y gobernabilidad. De ahí las propuestas que, en este orden, defendiera vigorosamente.

El fundador de la dominicanidad tenía la idea temprana del desarrollo de su sueño a través del Poder Municipal. La comunidad venia ser la piedra angular del poder. Tanto así que dentro de su propuesta de proyecto constitucional incluyó el Municipal como el cuarto de los poderes del Estado.

Singular revelación sobre una de las tantas virtudes del Padre de la Patria compilada en un opúsculo titulado Juan Pablo Duarte, Proyecto de Constitución (El Poder Municipal), introducido por Arsenio Hernández Fortuna.. La municipalidad y el desarrollo local, esto es un tema fundamental en la ejecución y consolidación de la Gestión de la Administración Pública.

Para Duarte la municipalidad debía tener autonomía política a fin de administrar sus recursos y establecer normas y arbitrios en cada demarcación territorial. Esto lo que significa es que para que los trinitarios y la corriente duartiana, la municipalidad constituía uno de los sectores de poder político más importante para el desarrollo de la nación que apenas daba sus primeros pasos.

El ilustre autor entiende que al hacer tanto énfasis en la constitución de un Poder Municipal impide que la hegemonía del poder ejecutivo se erija en una dictadura constitucional que carezca del contrapeso de otro poder, que a su vez fuera un filtro y control de decisiones centralizadas.

Por todo lo anterior es que su proyecto de Constitución establecía que “Para la mejor y más pronta expedición de los negocios públicos, es bueno que se distribuyan en Poder Municipal, Poder Legislativo, Poder Judicial y Poder Ejecutivo” .En ese mismo orden, sigue proponiendo Duarte, en el artículo dos de dicho Proyecto, que “estos Poderes debe llamarse constitucionales en vista de que son y habrán de ser constituidos, so pena de ilegitimidad, con arreglo a la Constitución y no de otra manera”.

El Nacional

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