Desde el punto de vista jurídico, los factores susceptibles de ser legados son los bienes patrimoniales. Otro aspecto es el elemento genético, al que nadie puede escapar, más allá de mayores o menores beneficios de ese aporte.
Pese a eso, es cierto que resulta ineludible ser beneficiado o perjudicado por las conductas asumidas por quienes nos han precedido en orden cronológico. ¿Cuál es el descendiente de padres dignos que no ha sentido orgullo legítimo cuando alguien le susurra que le supone integridad por el hecho de provenir de sus progenitores? O al revés, ¿cuántas veces no se siente el dardo del prejuicio por una procedencia poco exhibible?
El sentido de la oportunidad debió indicarle al jefe del Estado que era prudente posponer la designación
No obstante, siempre será un error o un riesgo estigmatizar las personas o la asignación antojadiza de cualidades a partir de criterios genéticos. Cada quien debe ser evaluado sobre la base de sus hechos, como consecuencia natural del elemental carácter individual del comportamiento humano. Las penas son personales, dicen los abogados, igual debe ocurrir con las virtudes. No forman parte del patrimonio que constituye la masa sucesoria ni las villanías ni las heroicidades, y de esto la historia registra múltiples pruebas. Bastaría recordar los casos de Francisco Alberto Caamaño Deñó y de Rafael Tomás Fernández Domínguez.
Por eso, ante la reciente designación del jefe del Ejército no está en discusión que él merezca ser descalificado en función de ser hijo de quien es. Eso sería una acción injusta que representaría un baldón indeleble que se impondría sin reparar en lo que pueda ser la hoja de vida de la persona de que se trata, que al fin y al cabo es la variable imprescindible para el juicio definitivo.
Ahora bien, existe una circunstancia que coincide con la designación de referencia y que no es posible eludir al momento de evaluar el nombramiento. El papá del nuevo incumbente está inserto en una acción penal por un asesinato que de manera indisoluble vincula al Ejército dominicano. De ahí que el sentido de la oportunidad debió indicarle al jefe del Estado que era prudente posponer la designación para cuando hubiese finalizado el caso que atañe al señor Ramiro Matos González.
De dársele a la querella incoada una respuesta seria, habría que indagar en los archivos del Ejército. ¿Cuál sería la garantía de que el hijo se mantendría imparcial ante una investigación que persigue determinar la responsabilidad de su padre en un hecho de tal naturaleza?