La Primera Sala del Tribunal Superior Administrativo ha rechazado un recurso de amparo interpuesto por la Asociación de Bancos Comerciales (Aba) y la Liga de Asociaciones de Ahorros y Préstamos (Lidap) contra una norma oficial que aplica un impuesto del uno por ciento a los intereses generados por los ahorros de las empresas.
De inmediato, ambas entidades financiaras han advertido que la decisión judicial desatará un retiro masivo de depósitos y ahorros de bancos y asociaciones por parte de personas jurídicas que procurarían evitar el pago de ese tributo.
Se señala también que el gravamen dispuesto por la Dirección de Impuestos Internos (DGII) viola el secreto bancario y causa grave daño al sistema financiero nacional que ha podido consolidarse y expandirse al amparo de una normativa legal que refleja transparencia y equidad.
Lo mejor sería que autoridades y sector financiero ejerciten el diálogo basado en los criterios primarios de que al Estado le asiste autoridad para establecer impuestos y tasas sin lesionar derechos de personas físicas o jurídicas.
A la Asociación de Bancos y Liga de Asociaciones les queda aún el recurso de casación, como vía de derecho, tras lo cual, el fallo que pronuncie la justicia en última instancia deberá ser acatado pura y simple, a menos que antes las partes acepten dialogar.
Vuelo 587
Estados Unidos y República Dominicana recordaron ayer el décimo aniversario de la tragedia del vuelo 587, el avión de American Airlines que se precipitó a tierra en el condado de Queens, con 260 ocupantes, de los cuales 176 eran dominicanos.
El avión despegó del aeropuerto John F. Kennedy con destino al de Las Américas, donde nunca arribó, al producirse a pocos minutos del despegue una de las peores tragedias en la historia de la aviación comercial estadounidense.
De los 176 dominicanos que perecieron en ese terrible accidente, 45 eran nativos de Baní, cuya población recuerda con mucho pesar esa tragedia en la que perdieron la vida familias que retornaban a su lar a disfrutar la temporada navideña de ese fatídico 2001.
El vuelo 587, que despegaba en la mañana desde Nueva York era el preferido de inmigrantes y visitantes dominicanos y turistas estadounidenses porque arribaba temprano a Santo Domingo y permitía que los viajeros se desplazaran sin dificultades a ciudades de provincia.
Al cumplirse el décimo aniversario de una tragedia que enlutó a toda la República, se elevan preces por el descanso eterno de las víctimas y para que Dios consuele a los deudos de los 176 dominicanos que perecieron en ese fatal accidente aéreo.
