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Libre pensar

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Avanzados en gobierno
Octogenarios (personas con 80 años o más) producen brillantes trabajos intelectuales, y despuntan como los más avezados asesores, y veinteañeros pululan como viejitos chochos y fatigados en los huecos parlanchines. El Tribunal Constitucional acaba de eliminar el requisito de edad para ingresar en la carrera administrativa.

Cada sábado en la primera planta de la universidad hacen filas unos 25 jóvenes de comunicación social, esperando el ascensor para subírsele, y al invitarlos a que me acompañen a ascender escaleras, cinco me siguen. En el segundo piso, tres se quedan “ahogándose”, y en el tercero se cansan los otros dos, como abreviaturas acorraladas por el letargo.
Como profesor, les aguardo en un aula del quinto piso, y cuando llegan unos 40 alumnos, les dijo: aquí este adulto joven ha estado esperando a estos jóvenes mayores… ¿cuántos caminan una hora diaria como yo? Enmudecen.

Cuántos ejercitan yoga tres veces a la semana, como este servidor? No se oye siquiera el sonido de un pupitre. Y ¿cuántos nadan dos veces a la semana en el Olímpico, como quien os habla? Un silencio sepulcral ronda por el aula.
¡Wao…! Se oye el susurro… Les digo que tengo la esperanza de que escribieran artículos y otros textos abundantes como este cristiano, que aspira a tener el privilegio de llegar a ser un nonagenario (de 90 años), y de imitar a Joaquín Balaguer, quien rebosante de bríos ocupó la Presidencia de la República por sexta vez hasta los 90 años (1996), con coherencia mental y en su accionar.

El 3 de diciembre del 2021, el Tribunal Constitucional declaró “no conforme con la Constitución dominicana”, el artículo 37 de la Ley 41-08, de Función Pública, que señala que “para el ingreso a las carreras administrativas y especiales, los candidatos deberán acreditar, además de los requisitos generales de ingreso al servicio público”, “tener edad inferior a los cincuenta y cinco (55) años y no ser acreedor del beneficio de la jubilación o pensión”. La Carta Magna fulmina los 55 años en los artículos 39, 43, 57, 60 y 62.

Gordon Smith, con 95 años de edad, lleva 63 años laborando en Farrey’s, en Miami, no tiene planes de retirarse por ahora y esa empresa está contenta de seguir teniéndolo en su nómina. Son muchas las personas de edad avanzada que no quieren ser una carga para la familia o el Estado, y están en disposición de generar ingresos para su supervivencia.

Este segmento de la población ha sido apoya por instituciones oficiales. Primero, el Congreso aprobó la Ley 352-98 sobre Protección de la Persona Envejeciente, y ahora el Tribunal Constitucional les ofrece un espaldarazo. Respetémosles su dignidad y derecho, y emulemos sus buenos ejemplos!