Leer teatro
Se ha conmemorado el pasado sábado 28 de marzo, el Día Mundial del Teatro, por lo cual es oportuno destacar los escritores dominicanos que han producido los textos (libros) de esas obras.
Cierto que el teatro tiene el objetivo de ser disfrutado desde un escenario, pero la obra teatral en si misma implica un acto creador literario.
¿Cuáles son nuestros dramaturgos y qué han escrito? Son muchos y sus obras inabarcables, pero nos ha parecido oportuno presentar una relación, necesariamente injusta por lo limitado del espacio con que contamos.
Dramaturgos dominicanos de trascendencia contemporánea:
Franklin Domínguez. Es el patrimonio dramatúrgico viviente más importante de la Republica Dominicana: “Los actores”, “Espigas maduras”, “La broma del senador”, “El último instante”, “Se busca un hombre honesto”, “Lisístrata odia la política”, “Duarte fundador de una república”, “Antígona-humor”, “El primer voluntario de junio”, “Duarte entre los niños”, “La hora del regreso”, “Bailemos ese tango”, y “A mi manera”. Sin contar las inéditas, su producción dramática sobrepasa las 50 obras publicadas.
Giovanny Cruz, un trabajador consistente y creativo del teatro, del cual resulta, fuera de toda duda, un director trascendente, un actor visceral consciente de su misión. Provocador y bien mercadeado, Cruz no es ningún semidios, pero sí resulta honesto, intenso y trascendente con sus obras “Amanda”, “El gato negro” y “La virgen de los narcisos”.
Iván García. Su lenguaje es poético y simbólico. Sus obras más importantes son “Más allá de la búsqueda”, “Don Quijote de todo el mundo” y “La fábula de los cinco caminantes”.
Marció Veloz Maggiolo, además de escritor de narrativa, antropólogo, periodista cultural y ensayista, es dramaturgo con una obra trascendente que espera por más iniciativas de montaje, son estas: “Creonte”, “Y después las cenizas”, “El cáncer nuestro de cada día”.
Rafael Añez Bergés. “Una gaveta para muchos sueños” y “Los ojos grises del ahorcado”.
Haffe Serulle, poeta, narrador y teatrista, maestro formador de nuevos talentos, creador de la escuela Acrobática Guerrera, expresión escénica teatral que emplea a máximo el cuerpo de sus talentos a los que hace cursar sobre la belleza poética de sus textos.
Presenta cartas credenciales con la que es la mejor y sublime de sus obras: “Bianto y su señor”. Otras de gran significación son “La danza de Mingó”, «El horno de la talega”, “Leyenda de un pueblo que nació sin cabeza” y “Prostitución en la casa de Dios”.
Rubén Echavarría, con “La obra sin nombre”.
Reynaldo Disla es la figura fundamental de la segunda oleada contemporánea de la dramaturgia, además de buen actor y gestor teatral, es autor de la única obra teatral dominicana ganadora del Premio Casa de las Américas 1985: “Bolo Francisco”.
Otras de sus obras son; “Retablo vivo del doce de octubre”, “El afanoso escribano Baltasar López de Castro”, “Rudy”, “Capítulo 72”.
Sherezade (Chiqui) Vicioso con “Salomé U”, “Evangelina” y “Trago amargo wish-ky sour” con esta última se convierte en la primera mujer en ganar el Premio Nacional de Teatro (96-97).