Apenas varios meses después de que varias instituciones públicas y privadas anunciaron que habían liberado al río Ozama de cientos de toneladas de lilas y residuos sólidos, durante un proceso de saneamiento en el que se invirtieron 60 millones de pesos, en algunas áreas se observa ahora una densa alfombra de lilas que lo cubre de orilla a orilla, lo que evidencia del alto grado de contaminación en ese río.