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Los 500 locos de Antonio Zaglul

Los 500 locos de Antonio Zaglul

Letragráfica recién re- edita, corregida, Mis 500 locos, de la autoría del reputado médico psiquiatra desaparecido Antonio Zaglul Elmúdesi, resumen de su experiencia en tratar esa suma de locos residentes en el sanatorio de Haina, del que fue director. donde relata vivencias muy crudas y humanas de sus pacientes.

El doctor Zaglul expone esas vivencias con una gran naturalidad, como si se tratase de una consulta individual, que eso es el texto de la obra de l68 páginas que el historiador Orlando Inoa ofrece a los lectores para facilitar el estudio de varias enfermedades mentales para estudios de médicos de su especialidad, historiadores y comunicadores e interesados.

Hay escasa por no decir ninguna regla ortográfica en la obra, poniendo mayúsculas en el inicio de nombre comunes, médicos, medicina, provincia, doctor, débil, mental, pero esas licencias no trascienden, ante los relatos de cuadros de desequilibrio mental que el doctor Zaglul describe con el rigor de un profesional capaz y honesto, y sobre todo, inmensamente humano.

Otra licencia etimiológica que el doctor Zaglul salta es no identificar a los grandes maestros de la psiquiatría por sus nombre correctos, sino por sus apellidos, Jung (Carl), Adler (Alfred), y aplica correcto en otros, Walter Freeman, creador de la técnica quirúrgica de la laeucetomía Transorbitaria para epilépticos que incluye a Charles Gordon-Lennox, Houstorn Merrit y Tracy Putnam que descubrieron el lagartil obtenido de la Clorpromazina hidrocarburo recogido por el médico portugués Antonio Egas Moniz en 1936.

El doctor Manfred Sakel identificó que produciendo coma a los diabéticos, mejoraban y hasta superaban el quebranto, luego que médicos del sanatorio Lichterfelde de Berlín, Alemania en la I Guerra Mundial identificaron la insulina.

El médico húngaro Ladislas J. von Meduna descubre el tratamiento convulsivo de los epilépticos con Cardiazol, mientras los italianos Ugo Cerletii y Lucio Bini descubren el electroshock para la psiquiatría.

Son referencias que el doctor Zaglul identifica primero por sus estudios especializados y luego en la práctica psiquiátrica, que hoy con los medios informativos se obtiene al instante, pero que hasta hace relativamente poco, era menester aplicarse a los conocimientos, la práctica y la lectura de textos.

El drama del sanatorio de Haina es descrito de manera espeluznante, pero sincera, humana, dolorosamente inhumana por quienes no tratan a los pacientes mentales como un tipo de enfermedad, sino como a un paria, inclusive, objeto de burla, en vez de compasión y ayuda, que es el aspecto relevante de la obra del doctor Zaglul.

La oligofrenia, psicópatas, neuróticos, esquizofrenia, los maníacos-depresivos, epilépticos, son cuadros psiquíátricos que el doctor Zaglul describe con la ilustración del eminente psiquiatra que fue.

Vierte su traumática experiencia de desaprensivos que conducían al sanatorio a sus familiares envejecientes como si se tratara de locos, simplemente porque no aceptaban manejar las declinaciones física y mental de sus aptitudes y apelaban a la solucíón cuestionable de deshacerse de ellos, con lágrimas de cocodrilo por ingresas a los suyos, una crueldad a la que aún muchos recurren de conducir a retiros de ancianos, negándoles el cariño que es tan necesario en la edad final como en la niñez.

El Nacional

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