Con la entrega número 20 de los Premios Lucrecia Pérez Matos, la memoria de la vida y muerte violenta de esta inmigrante ha vuelto a ponerse en primer plano, debido a que su sacrificio estableció nuevas referencias sociales y legales, producto de la reacción social que produjo la primera Ley de Extranjería y la sentencia al responsable.
Pérez Matos, que había nacido en Vicente Noble el 15 de diciembre de 1959, cayó asesinada el 13 de noviembre de 1992 víctima de racismo y el rechazo a los inmigrantes pobres. Fue este el primer crimen estimulado por el racismo reconocido en España.
Su vida estuvo marcada por la desigualdad social mucho antes de volar a Europa: pertenecía a una familia dominicana con 16 hijos, de los que sobrevivieron sólo nueve. Seis murieron en el trayecto de la infancia, cercados por el hambre, la carestía de todo y las incapacidades de sus progenitores para responder a las exigencias de una crianza adecuada, con tantos hijos y tan pocos recursos.
Voló de Santo Domingo a Nueva York, desde ahí a París, luego a Bilbao y de ahí, por tren, llegó a Madrid. Tras obtener un trabajo como empleada doméstica, fue despedida al poco tiempo y quedó en la calle.
Después acabó, junto con otros compatriotas, durmiendo en las ruinas de la discoteca Four Roses, donde una bala terminó con su vida a la edad de 32 años. El asesino era el guardia civil Luis Merino Pérez, de 25 años, y sus acompañantes eran tres menores: Javier Quílez Martínez, Felipe Carlos, quienes negaron los hechos que se les imputaban en el asesinato del viernes 13 de noviembre en Aravaca.
La prueba segura fue el arma utilizada, una pistola STAR BMK; Merino cambió el cañón de su arma reglamentaria por la de otro compañero, para borrar las señales del crimen, pero la profesionalidad de su propio Cuerpo de la Guardia Civil ordenó una inspección rutinaria de todas las armas de la Compañía y había una señal que Merino no había podido borrar, la uña extractora, pieza que expulsa el casquillo y que deja una muesca microscópica, la clave que utilizaron los especialistas en balística.
La premiación
El Voluntariado de Madres Dominicanas en Madrid (Vomade-Vincit) entregó en la capital española los Premios Lucrecia Pérez Matos, por la Solidaridad y la Convivencia.
Con el galardón, consistente en una escultura en caoba, la madera nacional dominicana, se honra a personalidades, organizaciones, periodistas, y personas públicas que se hayan destacado por su trabajo en favor de la convivencia y la integración de los inmigrantes en la sociedad española y cuyas actuaciones han servido de apoyo a la inmigración que llega a España.
Los reconocidos en la XX versión de los galardones se han destacado por el compromiso con los inmigrantes, a fin de construir en conjunto una sociedad en la adversidad donde todos y todas se beneficien de lo que representa una sociedad plural.
En dicho evento fueron galardonados los sindicatos Unión General de Trabajadores (UGT), Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión Sindical Obrera (USO).
Asimismo, fue reconocido el grupo de medios de comunicación Cadena Ser, debido al respaldo generoso que ha ofrecido con los temas relacionados con la inmigración.
El momento fue propicio para entregar los diplomas a hombres y mujeres que han realizado cursos técnicos en las diferentes áreas de aprendizaje que ofrece Vomade-Vincit.
