Estropea la imagen del Ministerio Público como representante de la sociedad que se cuestione el comportamiento de uno de sus funcionarios respecto a la investigación de un crimen, por demás conmovedor.
La negligencia y obstrucción que le atribuyen a la procuradora Olga Diná Llaverías los familiares de Ismael Ureña Pérez, el prospecto de 14 años que murió a causa de una supuesta inyección de esteroide, fomenta el descrédito del sistema judicial.
A través del abogado Russel Aracena, los parientes de Ureña Pérez alegan que a más de tres meses del suceso la autopsia oficial no ha sido emitida por supuesta obstrucción de la magistrada Diná Llaverías.
Cierto o no, el comportamiento de la magistrada ya ha sido cuestionado en otros procesos. El abogado de la familia de Ureña Pérez dice que es probable que la supuesta obstrucción tenga que ver en una contradicción en los resultados de la experticia del Instituto Nacional de Ciencias Forenses y el informe médico que se rindió sobre el suceso.
El caso es que cualquier duda tiene que despejarse para que se aclare el suceso y se limpie la imagen de la justicia.