La carencia de equipos para las pruebas del coronavirus y de respiradores que se ha denunciado en varios países de la región es un mal signo en la lucha contra una enfermedad cuya verdadera incidencia aún no se ha establecido. Todavía se discute si los números de muertos e infectados a causa del virus se corresponden con la realidad. Sin que se haya llegado al pico de la pandemia la carencia de equipos tan fundamentales como los que se han denunciado en Bolivia, Colombia y otros países transmiten un aviso desconcertante. Bolivia ha reconocido dificultades para realizar pruebas. Informó que desde que se detectó el primer caso hace casi un mes solo ha efectuado 3,900 pruebas de diagnóstico. En Colombia el presidente Iván Duque informó que uno de los principales objetivos en la lucha contra la enfermedad es resolver la escasez de ventiladores mecánicos en los hospitales. Los inconvenientes de que han dado cuenta esos países son señales para tomar en cuenta sobre las dificultades que todavía asoman en la batalla contra la pandemia. Por más satisfechas que por aquí estén las autoridades es obvio que no se puede bajar la guardia.