El curso de la polémica sobre Punta Catalina entre el pasado administrador de la termoeléctrica, Jaime Aristy Escuder, y el ministro de Energía y Minas, Antonio Almonte, torna más imperativa la investigación sobre los sobornos que habría pagado la constructora para la obra.
Al margen de la deriva personal en el intercambio de información entre Aristy Escuder y Almonte han aflorado algunas incógnitas que también deben despejarse.
Tratándose de una obra tan polémica, que no ha dejado dar de qué hablar, es necesario que se despeje el misterio de los seudónimos con que la compañía habría pagado sobornos, detectados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.
Entre los muchos aspectos que se tocan con relación a las unidades al menos por ahora se ha pasado por alto lo relativo a los supuestos sobornos. Como en otros países el consorcio de periodistas citó los alias que se habrían utilizado para la ejecución de las unidades.
El debate sobre la terminación y operación de las plantas que protagonizan Aristy Escuder y Almonte otorga más urgencia al caso de los sobornos y los seudónimos.