(III)
21.-Abolir la esclavitud y repartir la tierra, disposiciones del gobierno de Boyer, afirma Franklyn Franco, cambió la estructura económica y social del antiguo régimen colonial y contribuyó a que la antigua zona española de Quisqueya comenzara a recuperar su anterior ritmo de crecimiento económico, gracias al golpe de gracia que desplazó el poder económico hacia otros grupos sociales, e impulsó el ingreso de negros y mulatos, a participar en la dirección política y económica del país.
22.-El cese de las relaciones esclavistas en la colonia española, la liquidación de sus relaciones de producción, la nueva conformación de la propiedad territorial, las confiscaciones de los principales latifundios de la iglesia católica y la aristocracia colonial y la distribución de la tierra entre antiguos esclavos significaron un notable estímulo para la actividad económica.
23.-El Santo Domingo español se integró formalmente a la República, sin que esta integración formal significara una integración estructural, debido a la diferencia de un desarrollo económico social desigual entre Haití, (aislado y acosado por las grandes potencias y por una terrible imposición francesa de compensar al gobierno francés con la suma de $150,000.00 francos por las propiedades confiscadas, a cambio del reconocimiento de la independencia haitiana y la normalización de las relaciones, una suma que Haití nunca pudo pagar) , y la que los habitantes de este lado de la isla entendieron que no les correspondía contribuir.
24.-Esta contradicción, dice Franco, en el plano del desarrollo económico, producto de diferentes modelos sobre los que se insertó la unidad de la República, fue el caldo de cultivo que alimentó la tendencia separatista de los habitantes de la zona Este. Ambiente superestructural que hizo posible el desarrollo de las fuerzas sociales, que orientadas y dirigidas en principio por Juan Pablo Duarte, lucharon por la constitución de la República Dominicana.
25.-De este análisis se deduce que la Revolución Haitiana benefició fundamentalmente a los esclavos, libertos, negros y mulatos, y a las clases populares, tanto en lo que a su dignidad como seres humanos concierne, como a su status económico. Por eso no me imagino a ningún negro, o mulato pobre de Moca, participando en el acto “heroico”, de arrasar a una comunidad de negros y mulatos haitianos, miembros de una misma y explotada clase trabajadora.
26.-Que sean estos los que se embarquen en una guerra fratricida, inspirada por familias blancas, denunciadas por sus lazos con los sectores más retrógrados de la política norteamericana, mientras mantienen un rabiosos discurso “nacionalero”, es una ironía histórica.
27.-Ironía histórica que solo es posible por el desconocimiento de nuestras relaciones históricas con Haití, y la falta de conciencia de clase de los sectores populares dominicanos.