Escuchar cantar a la joven soprano dominicana, Nathalie Peña Comas es como oír el canto perfecto del ruiseñor, esa ave mística cuyo trino ha inspirado a poetas, músicos y soñadores a lo largo de los siglos.

Su voz se despliega con la misma naturalidad y pureza con la que esa ave milenaria entona sus melodías al amanecer: clara, precisa, llena de matices y emoción. Como el ruiseñor. La multipremiada artista no canta por vanidad, sino por necesidad vital: su canto es una extensión de su ser.

Nathalie Peña Comas es en la actualidad la voz más destacada del bel canto en República Dominicana, y una de las más cotizada en la América hispanoparlante. Con una técnica impecable, un timbre cristalino y una presencia escénica arrolladora, se ha consolidado como una de las sopranos más solicitadas en los grandes teatros del mundo.

Nathalie nació en Santo Domingo, se inició en la música estudiando piano y flauta en la escuela elemental de música Elila Mena y en el Conservatorio Nacional de Música. Obtuvo licenciatura como pianista y cantante lírica (con honores) de la universidad de música y artes escénicas de Viena (Austria). Desde 2018 colabora estrechamente con la renombrada maestra de canto Irina Gavrilovici.

A pesar de su talento innato, los comienzos de Nathalie no fueron fáciles. Originaria de una familia humilde en su país natal, enfrentó obstáculos económicos y falta de oportunidades en sus primeros años.

Sin embargo, su determinación la llevó a buscar becas y participar en concursos locales hasta que su voz llamó la atención de maestros y directores.

Con nostalgia, la soprano a menudo recuerda que tres meses después de haber comenzado las clases de canto, la maestra con la que estudiaba le dijo que no reunía las condiciones para el “bel canto”. Así abandonó la idea de cantar y se dedicó por completo al estudio del piano.

Años después, renuente a abandonar sus sueños de ser cantante, ya como estudiante de término de la carrera de piano en la Universidad de Música y Artes Escénicas de Viena, Austria, se le presentó una oportunidad de presentarse a las pruebas de admisión para canto solista, convocadas por la misma universidad. Cuenta que se preparó durante casi dos años para esa prueba, y recuerda con alegría, que de 170 candidatos, que se presentaron ese año al examen, quedó entre los 16 seleccionados para ingresar a la carrera de canto solista.

Se puede decir que Peña Comas empezó relativamente tarde su carrera como soprano, a la edad de 23 años. Pero la preparación y experiencia musical que había acumulado, le permitieron un gran avance en corto tiempo de estudio.

Debutó en el personaje de Zerlina, papel secundario en la ópera Don Giovanni de W. A. Mozart, en una producción para el Teatro del Palacio de Schönbrunn, en Viena.

Tuvo la oportunidad de formar parte del Coro de la Ópera Estatal de Viena y participó en dos ediciones del prestigioso Festival de Salzburgo. Allí, trabajó con leyendas de la música clásica, como los maestros Riccardo Muti, Daniel Barenboim, Zubin Mehta, Nikolaus Harnoncourt, Valéry Gergiev y Peter Eötvös, y con el famoso actor franco-ruso Gerard Depardieu.

A lo largo de su carrera, Nathalie Peña Coma ha sido galardonada en prestigiosos concursos internacionales, entre ellos: Primer Premio en el Concurso Operalia (fundado por Plácido Domingo). Ganadora del Concurso Belvedere de Viena. Premio a la Mejor Soprano en el Festival de Salzburgo. Fue nominada a los Premios Grammy y en cinco ocasiones y ha sido premiada con el Soberano.

La destacada artista del canto clásico ha brillado en producciones de óperas clave del repertorio lírico, destacándose en: «La Traviata» (Violetta) – Teatro alla Scala de Milán, Metropolitan Opera de Nueva York. «Lucia di Lammermoor» (Lucia) – Royal Opera House de Londres, Ópera de Viena. «Las bodas de Fígaro» (Condesa Almaviva) – Festival de Glyndebourne, Ópera de París. «Réquiem de Mozart» – Directoras con maestros como Riccardo Muti y Daniel Barenboim.

Por: Nicolás Mateo