El magnicidio del presidente haitiano Jovenel Moïse llega el próximo jueves a su primer año sin señales claras de que se establecerá justicia sobre el crimen.
Las investigaciones para dar con los autores materiales e intelectuales del suceso no han avanzado ni merecido confianza en Haití ni fuera de la nación.
Moïse fue abatido el 7 de julio en su residencia por un supuesto comando colombiano que habría sido reclutado para la seguridad a políticos, empresarios y funcionarios haitianos.
En ocasión del primer aniversario la viuda Martine Moïse volvió a relacionar al primer ministro Ariel Henry con imputados en el magnicidio.
Martine también señaló que a pesar de la designación de un quinto juez de instrucción para la investigación el proceso se tambalea.
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Es sorprendente que Estados Unidos ni la ONU hayan querido participar de lleno en la investigación para aclarar el crimen.