Durante el debate sobre la identidad de género, el argumento que repiten con más frecuencia los grupos provida, es que la biología nos define como hombres y mujeres. Sin embargo, la genética médica nos dice que ese concepto binario no es totalmente válido y que la definición va mucho más allá, puesto que hay mujeres (Cromosomas XX) con pene y hombres cromosomas (XY) que tienen vagina.
Al momento de la concepción, el espermatozoide carga el cromosoma Y o X y se encuentra con el cromosoma X del óvulo. Lo más común es que si es XY sea masculino, y si es XX sea femenino. No obstante, hay una gama intermedia, pasando por el hermafroditismo hasta encontrar personas con cromosomas XO, XXX, XXY o XYY.
Los llamados síndromes de Swyer y La Chapelle son ejemplos del papel que juegan los cromosomas, los genes, y las hormonas en el desarrollo de los órganos sexuales externos e internos y las características secundarias del sexo —como los senos o el vello facial.
La Atleta Sudafricana Caster Semenya con la mejor marca en los 800 metros femeninos y la vallista española María Martínez, fueron vetadas y acusadas de ser hombres. Ambas tenían cromosomas XY la primera con vagina y testículos internos y la segunda con senos, ovarios y vaginas. Después de muchas deliberaciones a las dos se les permitió continuar como atletas en las ramas femeninas.
Lo mismo le pasó, también, a un hombre que, cuando tenía 44 años, fue a ver a un médico porque le dolía el estómago y tenía sangre en la orina. Le descubrieron útero y ovarios, la sangre era su menstruación. A una mujer de 94 años le encontraron células XY y un grupo de cirujanos descubrió que un hombre de 70 años, padre de 4 hijos, tenía un útero.
En la comunidad de Las Salinas al sur del país, hay muchos hombres con nombres de mujer; son los llamados “Güevedoces” niños que nacen con lo que parece ser una vagina, que son criados como niñas hasta que llegan a la pubertad, cuando finalmente desarrollan sus órganos masculinos para luego continuar con su vida normal.
¿Podría alguien negar a estos hombres que son, en efecto, hombres? ¿Quién podría decirle a la señora que vivió casi un siglo como mujer que, en realidad, no lo es?