Todavía el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y otras fuerzas opositoras no están del todo satisfechos con el montaje de las elecciones del 5 de julio. Aunque han ponderado los avances para el voto en el exterior y el cronograma para los comicios la oposición insiste en la reestructuración del departamento de informática de la Junta Central Electoral (JCE).
Antes que un exceso de desconfianza la verdad es que existen razones para los alegatos del PRM y demás fuerzas opositoras.
Fue en ese departamento que se registró el fallo, al menos según la Organización de Estados Americanos, que motivó la suspensión de las elecciones municipales del 16 de febrero. Si los partidos quieren colocar sus técnicos como observadores de las operaciones del departamento, la JCE no debe oponerse, siempre y cuando no interfieran con sus labores.
Puede decirse que en cuanto a logística el proceso hasta ahora marcha viento en popa, sin mayores obstáculos.
La reestructuración del departamento de informática no debe convertirse, a esta altura del proceso, en materia de conflicto. Los antecedentes señalan que el reclamo no es necedad, sino razonable.