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No es todo

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Crisis haitiana

La comunidad internacional ha evadido encarar con responsabilidad la crisis haitiana. No por respeto a la soberanía, sino porque su intervención para trazar un rumbo institucional a la nación puede tener un costo económico con el que no quieren cargar las potencias.

El problema se lo dejan a República Dominicana, que tiene que cargar con los inmigrantes indocumentados y con el elevadísimo costo de servicios como los sanitarios. Ahora, ante el deterioro general de la situación, Naciones Unidas, la OEA y representantes de varios países han expresado preocupación por la “creciente polarización” política en la nación.

Sin embargo se pasa por alto que el origen de la actual crisis está en la decisión del presidente Jovenel Moïse de atrincherarse en el poder en violación de una sentencia del Poder Judicial sobre la extinción de su mandato.

La comunidad internacional cifra sus esperanzas en la celebración de elecciones, pero con la actual atmósfera no existen muchas garantías de que se puedan efectuar unos comicios concurridos y transparentes.

Si tanto les preocupa la situación, la ONU, la OEA y las potencias internacionales tienen que involucrarse más en la solución de la crisis haitiana.

El Nacional

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