El informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre las proyecciones de la economía global en tiempos de covid-19 debe servir como libro de cabecera para partidos y candidatos, inmersos hoy en rebatiñas intrascendentes, muy alejadas del pronóstico de que el mundo experimentaría la peor recesión desde la Gran Depresión.
Aquí los postulantes presidenciales debaten sobre curetaje para una crisis sin precedentes estimulada por una emergencia sanitaria que provoca drástica contracción del crecimiento mundial, alrededor de la cual reina la incertidumbre en torno a su duración e intensidad, definida como persistente y severa.
La nube de polvo proveniente del desierto del Sahara que tras recorrer más de diez mil kilómetros llegó a nublar los cielos de República Dominicana, con riesgo de causar enfermedades respiratorias, por los materiales biológicos y químicos que contienen, se compara, distancia guardada, al impacto que tendría sobre la economía nacional la crisis global causada por el coronavirus.
El liderazgo político y el sector empresarial debería poner atención a la advertencia del FMI de que es posible y hasta probable que se registren en economías emergentes cifras de crecimiento mucho peores, si persisten condiciones financieras restrictivas con secuela de cierre de empresas y pérdida de empleos.
No se objeta que candidatos y partidos pugnen sobre legitimidad o alcance de las encuestas que favorecen o perjudican sus perspectivas de triunfo electoral en las elecciones del 5 de julio, pero es absolutamente imprescindible que aborden el tema de una agravada crisis económica mundial con seriedad y profundidad, en el entendido de que República Dominicana está incluida en ese tétrico escenario.
El FMI pronostica que la economía global sufriría este año una contracción de un -4.9%, la de Estados Unidos de un -8.4%, América Latina y el Caribe, de -9.8% y la zona Euro de un -10.2%, lo que se traduce en drástica reducción de las actividades económicas y de crecimiento del desempleo.
Aquí no se debate a profundidad lo relacionado con incrementar el gasto sanitario para garantizar que los sistemas de salud estén dotados de capacidad y recursos adecuados ni de considerar otorgar prestaciones especiales para los profesionales médicos que están en el frente de la lucha contra la pandemia ni de garantizar que la gente pueda cubrir sus necesidades y que las empresas puedan reactivarse una vez que hayan pasado las fases agudas de la pandemia, como recomienda el FMI.
Este año la economía mundial experimentaría su peor recesión en más de un siglo y, aunque se prevé una recuperación parcial en 2021, prevalece el temor de que la crisis empeore si la pandemia se prolonga más allá de 2020. Ojalá que en los días que restan antes de los comicios del 5 de julio, partidos y candidatos despierten y entiendan la seriedad del problema.

