El descenso de los contagiados en varios países de Europa por la covid-19 ha comenzado a generar optimismo frente a la crisis sanitaria. Francia e Italia han decidido una reapertura gradual y controlada de las actividades comerciales, en tanto España ha levantado restricciones para circular. En el Reino Unido, que también ha sido duramente castigado por la pandemia, teniendo entre sus víctimas al primer ministro Boris Johnson, también se ha sentido un respiro con el descenso de los afectados. Aunque el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que lo peor no ha pasado, los europeos no esperarán a que se declare el fin de la pandemia para reiniciar sus actividades económicas. La caída de los contagios y el rigor de las medidas les bastan para visualizar el horizonte con una buena dosis de optimismo frente a la pandemia que a nivel mundial se ha cobrado más de 235 mil vidas y afectado a casi tres millones 300 mil personas. El confinamiento y la parálisis de las actividades económicas han representado un duro golpe para los europeos y todos los países.