Opinión Articulistas

Orgía de sangre

Orgía de sangre

Elvis Valoy

El deambular histórico de la República Dominicana, y su búsqueda de la democracia, ha sido una espiral ascendente lograda por el sacrificio de miles de hombres y mujeres, los cuales convirtieron el llanto en fortaleza, y con sus hazañas hicieron amanecer la oscura noche, preñada de fieras y fantasmas.

La dictadura de Trujillo representó la crueldad en su grado superlativo, y sus protagonistas, alabarderos y paniaguados, demostraron el más absoluto desprecio por la vida humana, haciendo que ese régimen despótico no tenga comparación alguna sobre el planeta.

El lunes 16 se conmemoró el 63 aniversario de la matanza de la Hacienda María, hecho espeluznante en donde seis de los que participaron en el ajusticiamiento del espantoso sátrapa dominicano, fueron asesinados por Ramfis Trujillo, quien bajo los efectos alucinantes del alcohol y las drogas, cometió el horrendo crimen.

Tunti Cáceres, Pedro Livio Cedeño, Salvador Estrella Sadhalá, Roberto Pastoriza, Modesto Díaz y Huáscar Tejeda fueron trasladados desde el penal de la Victoria al Palacio de Justicia, para posteriormente ser llevados hasta San Cristóbal, lugar en donde fueron acribillados.

Estos hombres metieron el miedo del pueblo dominicano en el baúl de un Chevrolet Bel Air del año 57. Tejeda condujo uno de los carros que persiguieron a Trujillo hasta su magnicidio. Cáceres, sobrino de Antonio de la Maza y familia de Mon y Horacio Vásquez, fue apresado en Moca la misma noche de la ejecución del dictador. Sadhalá se confesó en la iglesia de Los Dominicos, entregándose posteriormente al despiadado SIM. Livio Cedeño, Pastoriza y Díaz, sobrevivieron a las heridas ocasionadas la noche de la eliminación de Trujillo, resistieron las torturas de La 40, subsistieron a los tormentos del penal del 9, siendo asesinados por las balas del hijo del déspota.