Bendecir y maldecir: diferencias con el verbo decir
Hay una estrecha relación morfológica entre los verbos bendecir y maldecir, a pesar de la gran diferencia semántica que los hace antónimos. Desde su origen latino, ambos se formaron a partir del verbo decir (dicere en latín). De hecho, ese es su modelo de conjugación, casi en la totalidad de sus formas, pero es casi.
Bendecir (Del lat. benedicere) significa alabar, engrandecer o ensalzar, sobre todo a la Providencia. Consagrar al culto divino algo, mediante determinada ceremonia. Dicho de un sacerdote: Hacer la señal de la cruz sobre alguien o sobre algo.
Es verbo tan irregular como decir y se conjuga como éste, salvo en el futuro de indicativo (bendeciré, bendecirás, bendeciremos…) y en el condicional simple o pospretérito, cuyas formas son regulares (bendeciría, bendecirías, bendeciría) y en la segunda persona del imperativo, que es bendice (tú).
El participio de bendecir es bendecido, única forma que debe usarse en la formación de los tiempos compuestos (He bendecido, has bendecido, hemos bendecido). Ejemplo: Ya el sacerdote había bendecido a la multitud…
También se usa este participio para formar la voz pasiva perifrástica: El local fue bendecido por el padre Blas.
La forma /bendito/, que procede de benedictus (participio del verbo latino benedicere), se usa como adjetivo (agua bendita, ánima bendita, pan bendito) y como sustantivo (Es un bendito). Con esta palabra se forma, además, la locución interjectiva “Ay bendito”, muy usada en Puerto Rico, para expresar dolor, sorpresa o asombro.
En el culto católico está muy presente este adjetivo: Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra, y del trabajo del hombre…
Maldecir, maldecido
y maldito
Maldecir es proferir maldiciones. Se trata de un verbo irregular que se conjuga como decir, salvo las mismas excepciones indicadas para maldecir: en el futuro simple o futuro de indicativo (maldeciré, maldecirás, maldecirá) y en el condicional simple o pospretérito (maldeciría, maldecirías, maldeciría) y en la segunda persona del imperativo, que es maldice (tú).
Normalmente funciona como transitivo: Maldijo ese momento de su vida. Su padre lo maldijo cuando supo que era calié.
El participio de este verbo es maldecido, única forma que debe usarse en la formación de los tiempos compuestos y de la forma pasiva. Ejemplos: No he maldecido a nadie. Con su pastoral, los obispos han maldecido la corrupción.
Ejemplos de la voz pasiva: “Los violadores deben ser castigados tanto como son maldecidos”. “ Los perversos son maldecidos pero también reelegidos”.
El vocablo maldito, que procede de maledictus (participio de lamedicere), se usa como adjetivo y como sustantivo, Ejemplos: No he vuelto a ese maldito lugar. Ese hombre es un maldito, capaz de todo.
Maldito es empleado en las oraciones desiderativas. Ejemplo escrito por Cuco Valoy: “¡Maldito sea el soldado que obedece al superior/ para asesinar a la patria! / ¡Maldito sea el soldado que le da la espalda al pueblo / para seguir a unos pocos! /¡Y maldito sea el extranjero que sin razón/ ni derecho abusa de un pueblo ajeno!”
También se usa en la locución interjectiva “maldita sea”, con la que se expresa enojo: “¡Maldita sea la hora, carajo, …!”
El adjetivo que corresponde a maldecir es maldiciente (persona que maldice o profiere maldiciones). Es también usado como sustantivo (La maldiciente no ha llamado).
El Diccionario panhispánico de dudas advierte que “No debe confundirse maldiciente con maledicente (que acostumbra a hablar mal de los demás)”.