El orden no se establece con una orden
El artículo anterior se refirió a un grupo de palabras homónimas cuyo significado varía según se empleen en masculino o en femenino. De esa lista hemos discriminado el vocablo /orden/para resaltar su amplio valor semántico.
El Diccionario de la lengua española atribuye veintiuna acepciones a esta palabra, tanto en género masculino como femenino, y registra treinta y cinco locuciones formadas con este vocablo, en las que también se intercalan los usos en masculino y femenino: el orden de batalla , el orden del día, a la orden, de orden, la real orden.
El vocablo /orden/ procede del latín ordo. Su primera acepción es como voz masculina: “Colocación de las cosas en el lugar que les corresponde”. Siguen estas: 2. m. Concierto, buena disposición de las cosas entre sí. 3. m. Regla o modo que se observa para hacer las cosas.
El orden tiene que ver también con el ámbito de materias o actividades en el que se enmarca alguien o algo.” En el orden social”. “En el orden político”. La sexta acepción, también en masculino, se refiere al nivel o categoría que se atribuye a alguien o algo. “Es un profesional de primer orden”.
Algunas acepciones y locuciones corresponden a la arquitectura. Por ejemplo: Cierta disposición y proporción de los cuerpos principales que componen un edificio.
En botánica y zoología, se denomina orden (en masculino) a “cada uno de los grupos taxonómicos en que se dividen las clases y que se subdividen en familias. Orden de los artiodáctilos”.
En la lingüística se habla del orden gramatical, mientras en la música se trata de una cuerda de un instrumento musical, o grupo de dos o tres cuerdas, que representan una única nota y se tocan de una sola vez.
En la religión católica conocemos como orden uno de los siete sacramentos, que reciben los obispos, presbíteros y diáconos. El orden episcopal, el orden sacerdotal.
Femenino
El más conocido uso en femenino del vocablo orden (la orden, una orden) se vincula al sentido de “mandato que se debe obedecer, observar y ejecutar”. Sin embargo, antes que esa acepción (número 17), en el Diccionario académico aparece esta: 16. f. Instituto religioso aprobado por el papa y cuyos individuos viven bajo las reglas establecidas por su fundador o por sus reformadores, y emiten votos solemnes.
Esas son las llamadas órdenes religiosas (salesianos, jesuitas, mercedarios…). Pero también se mencionan en femenino “Cada uno de los institutos civiles o militares creados para premiar por medio de condecoraciones a las personas con méritos relevantes”. La Orden de Duarte, Sánchez y Mella, la Orden de Cristóbal Colón, la Orden de Alfonso X el Sabio.
Nos referimos a la orden cuando pedimos al camarero de un restaurante algo para comer o beber. Lo curioso es que de acuerdo al Diccionario ese uso se limita a tres países: Cuba, México y República Dominicana.
Aunque la referencia al orden sacerdotal se emplea en masculino, en la vigésima acepción de la palabra se plantea lo siguiente: “20. f. Rel. Cada uno de los grados del sacramento del orden, que se van recibiendo sucesivamente y constituyen ministros de la Iglesia”. Es decir que podríamos decir de un religioso que “Ya recibió la orden de diácono y se prepara para la orden de presbítero”.
También se aplica el femenino (la orden) para nombrar cada una de las filas de granos que forman la espiga.